El Papa Francisco exhortó ayer a los cardenales de la Iglesia católica a "no caer" en el pesimismo y a encontrar diariamente la valentía de llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo. "Nuestra misión es llevar a Jesús al hombre y conducir al hombre al encuentro de Jesús, realmente presente en la Iglesia. Jamás cedamos al pesimismo, a esa amargura que el diablo nos ofrece cada día. No hay espacio para el pesimismo o el desaliento", subrayó el Pontífice ante los 114 purpurados electores y numerosos octogenarios a los que recibió en la sala Clementina del Vaticano.

El obispo de Roma estuvo a punto de caerse al tropezar cuando se dirigía a saludar al decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano. Había sido acogido con un gran aplauso por los purpurados. Portaba la cruz pectoral que siempre ha llevado, plateada, y no la tradicional de oro de los papas, y zapatos negros.

"El Espíritu Santo nos da la valentía para perseverar en nuevos métodos de evangelización", señaló el Papa Bergoglio, quien expresó su voluntad de servir al Evangelio "con renovado amor y ayudando a la Iglesia a transformarse más en Cristo y con Cristo". Según el Pontífice argentino, la realidad cristiana es "atractiva y persuasiva" y su anuncio "es válido tanto ahora como lo fue al comienzo del cristianismo, cuando la primera expansión".

Mirando a los cardenales, Francisco afirmó que "más de la mitad de nosotros" somos ancianos, pero la vejez es la sede de la sabiduría de la vida". "Donemos esta sabiduría a los jóvenes, como el buen vino, que con la edad mejora", agregó. La vejez es el tiempo de la tranquilidad y la plegaria, señaló Bergoglio, quien apostilló: "Somos hermanos, sois los sacerdotes del Santo Padre, vivamos esta comunidad, la amistad de la cercanía nos hará bien a todos".

El Papa tuvo palabras para Benedicto XVI, "mi venerado predecesor", quien "ha enriquecido la Iglesia con su magisterio de fe, humildad y docilidad". "Su magisterio permanecerá como un patrimonio espiritual para todos. El ministerio petrino, vivido con total dedicación, ha tenido en él un intérprete paciente y humilde", agregó Francisco, quien destacó asimismo el "gesto valiente y humilde" de Benedicto XVI, en referencia a su renuncia. Francisco terminó el acto saludando uno a uno a todos los purpurados, en un ambiente de risas y alegría, como una reunión entre amigos.

Ayer se supo que el Papa emérito, quien permanece en Castel Gandolfo, volverá al Vaticano a finales de abril o principios de mayo, y que no acudirá a la misa de entronización de Francisco el próximo martes. Una vez en Roma, Joseph Ratzinger residirá en el Convento "Mater Ecclesiae". Por otro lado, Lombardi señaló que no espera que el nuevo Papa cree nuevos dicasterios y citó la posibilidad de que opte por "adelgazar" la Curia vaticana.

Dos rivales en las "quinielas" - Esta imagen facilitada por la oficina de prensa del Vaticano muestra al Papa saludando al cardenal italiano Angelo Scola durante el encuentro del Pontífice con los purpurados. Numerosos medios de comunicación daban a Scola como gran favorito en el cónclave.