El cirujano gallego David Fernández San Millán se ha doctorado cum laude por unanimidad con un exhaustivo trabajo de investigación sobre el cáncer de tiroides. Su trabajo "Estudio de los factores pronósticos y estrategia quirúrgica en el carcinoma diferenciado de tiroides" se basa en el estudio de 186 pacientes intervenidos quirúrgicamente de este tipo de cáncer entre el año 2000 y el 2011 en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, donde Fernández trabaja desde hace seis años. La "calidad de su investigación, la brillantez de su defensa y seguridad de sus respuestas" convencieron al tribunal para otorgarle la máxima calificación.

-No es fácil conseguir la más alta calificación en la presentación de una tesis. ¿Iba con esas expectativas?

-No lo esperaba; uno hace con todo el cariño el trabajo pero nunca sabes cómo lo va a recibir el jurado, formado por doctores con experiencia en el tema. Respondí a sus preguntas durante cuarenta minutos y parece que les gustó.

-¿Por qué se interesó especialmente en este tipo de cáncer, el de tiroides?

-Durante una rotación en el Hospital del Mar de Barcelona estuve trabajando junto al doctor Antonio Sitges, presidente de la Asociación de Patología Tiroidea, que me inculcó la pasión por este tema.

-Su trabajo abarca once años en el tratamiento de esta dolencia. ¿Ha cambiado mucho?

-El mayor cambio en la cirugía tiroidea se produjo gracias al Premio Nobel Kocher, en 1909, que redujo drásticamente la mortalidad en este tipo de cirugía. Hasta la mitad del siglo XIX estaba prohibido operarlo porque la mortalidad era enorme. Kocher supuso el primer punto de inflexión y en los últimos tiempos se han sucedido mejoras tecnológicas importantes como un bisturí por ultrasonidos que nos permite realizar un trabajo mucho más rápido y efectivo. También es importante que ya hay unidades especializadas en cirugía tiroidea en todos los hospitales de tercer nivel.

-¿Cuál es la supervivencia actual a este tipo de cáncer?

-Bastante buena, el cáncer papilar tiene una supervivencia superior al 90 por ciento a los diez años y la tasa de recurrencia es del 25% en ese mismo tiempo.

-¿Cómo es la evolución?

-Depende mucho de cada paciente, de si son benignos o no, ya que no todos los nódulos tiroideos acaban convirtiéndose en un cáncer. Algunas veces tardan mucho tiempo en dar señales y a veces ni siquiera el paciente llega a notar un bulto a nivel cervical y se tarda más en diagnosticar.

-¿Cuál es su incidencia?

-Aunque es una neoplasia poco frecuente que solo supone el 1% de todas las neoplasias, se percibe un aumento de casos en los últimos años. Es el tipo de cáncer endocrino más frecuente y se encuentra en el 5-15% de todos los nódulos tiroideos. Afectan más frecuentemente a las mujeres y suele presentarse entre los 25-65 años. Es importante diferenciar los tumores entre papilares y foliculares, que son los más frecuentes de los carcinomas tiroideos y las vías genéticas implicadas en la oncogénesis de ambos son diferentes.

-Y en Galicia, ¿conoce qué nivel tiene esta cirugía?

-Me consta que muy bueno, sobre todo en el Hospital de Santiago, pero llevo mucho tiempo fuera para poder opinar.

-¿Hacia dónde va en el futuro, queda mucho por investigar?

-Los estudios van dirigidos hacia la investigación biomolecular, a conseguir que los tratamientos, como en los demás tipos de cáncer, lleguen a ser individualizados y, lo más importante, poder llegar a prevenirlo. A mí me gustaría seguir esta línea de investigación en una unidad especializada y seguir aprendiendo.