Nominada al Oscar a la mejor película extranjera (que al final se llevó la muy superior "Amor"), "Un asunto real" parte de una premisa clásica (y parece que real) ocurrida en la corte danesa del siglo XVIII: la irrupción de un tercero en un matrimonio insostenible que se había convenido previamente.

Con este arranque, en el que podríamos aglomerar un montón de referencias tanto en la literatura como el cine, el director danés Nikolaj Arcej rueda una película que va avanzando a través de sus irregularidades, con Lars von Trier de productor y a partir de la novela de Bodil Steensen-Leth.

Una posadolescente, Carolina Matilde (Alicia Vikander), espera la llegada del rey Christian VII (Mikkel Boe Følsgaard), con el que se va a casar pero del que no conoce nada más que su obligación de aceptarlo como marido.

En el inicio (quizá sea lo más valioso del filme), el cineasta se recrea y se acerca a las formas de la excepcional "Maria Antonieta" de Sofía Coppola para dibujarnos los personajes de los dos recién casados y del tercero en la acción, el médico personal del rey (Mads Mikkelsen) que, poco a poco, va consiguiendo el amor de la reina.

Pero, mediado el temporizador, al metraje se le empiezan a encontrar algunas costuras incómodas. Frente a la sutileza de la primera media hora, Arcej contrapone con cierto grosor las posturas políticas del médico y muestra, casi a calzador, una sociedad danesa del siglo XVIII enfrentada a los preceptos de la Ilustración embocados. Este galeno, interpretado por Mikkelsen (ex malo de James Bond) con tantas irregularidades como la película, sirve al desarrollo para no sólo ocuparse de su relación tormentosa con la monarca sino para recordarnos que los cambios sociales ocurrían (ocurren y ocurrirán) empujados por violencias de diverso tipo (aquí, a punto de caerse todo con la llegada de la sociedad industrial, la violencia es terriblemente proporcional al momento histórico).

Esto, que es una de las metas de la película, no acaba de conseguirse por la necesidad del realizador de remarcarlo una y otra vez. En cambio, sí funciona la faceta romántica del cuento real.

Apoyada en una pareja de actores que parece que se conociese desde hace mucho tiempo, "Un asunto real" se recuerda más por forma de encarar la novela romántica clásica que la novela social.