La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) solicitó ayer que se notifiquen todas las sospechas de reacciones adversas a los anticonceptivos orales de tercera y cuarta generación, tras la revisión iniciada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) a instancias de Francia. La solicitud de las autoridades francesas se produce después de que la agencia de medicamentos francesa informara el pasado domingo de que la muerte de cuatro mujeres desde 1987, a causa de una trombosis venosa, pudo deberse al consumo de un medicamento del laboratorio Bayer, el Diane 35, que, aunque está indicado para el acné, es usado también como anticonceptivo por más de 300.000 francesas.

"En España, este medicamento (Diane 35) está indicado solo en casos de acné grave o hirsutismo y durante el tiempo imprescindible, aunque hace años se llegó a recetar como anticonceptivo porque era económico", explica José Luis Doval, jefe de Obstetricia y Ginecología del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHOU).

Doval avala la seguridad de los anticonceptivos orales de tercera y cuarta generación -aquellos que contienen como progestágeno los principios activos desogestrel, gestodeno, norgestimato, drospirenona o nomegestrol- y asegura que no hay motivo para dejar de tomarlos.

"Nada ha cambiado. El riesgo de trombosis es algo que sabemos desde hace años, pero es un riesgo mínimo. Las tasas entre mujeres que toman anticonceptivos de segunda generación es de 6-7 cada 10.000 y año, y entre usuarias de anticonceptivos de tercera y cuarta generación pasa a 10. Entre mujeres que no la toman, este riesgo es de 4. La diferencia es mínima y siempre menor que el riesgo asociado al embarazo, que es de 18-20, casi el doble", afirma el ginecólogo, que añade que no hay ningún medicamento inocuo. "Los anticonceptivos no tienen más riesgos que otros medicamentos. Sin embargo, cada cuatro o cinco años, se cuestionan, lo que provoca alarma, un abandono de los tratamientos y un aumento de embarazos no deseados", se lamenta.

La propia AEMPS recuerda que la seguridad de los anticonceptivos orales ha sido revisada de forma continua por las agencias de medicamentos de los países de la Unión Europea y que su riesgo de tromboembolismo venoso "es un hecho ampliamente conocido" y muy poco frecuente (20 y 40 casos por cada 100.000 mujeres usuarias y año) Asimismo, subraya que la revisión actual no está motivada por nuevos datos "ni existe actualmente ningún motivo para modificar los tratamientos en curso", aunque recuerda a profesionales y usuarias la necesidad de seguir las instrucciones de la ficha técnica y el prospecto de los medicamentos para garantizar su uso seguro.

"El riesgo de tromboembolismo venoso no es nada nuevo. Este depende también del progestágeno que lleve el fármaco. Los que están financiados por la seguridad social, por ejemplo, contienen drospirenona, que es uno de los gestógenos que menos potencial de tromboembolismo tienen", añade Eduardo Yáñez, ginecólogo vigués y coordinador del Centro de Orientación Familiar.

Frente a los potenciales riesgos, los ginecólogos destacan los beneficios de estos anticonceptivos orales de nueva generación respecto a sus predecesores. "Metabolizan mejor y no tienen efectos andrógenos como la aparición de vello", explica Doval.

En este sentido, Yáñez añade: "Tienen más beneficios probados que desventajas. Previenen los cánceres de ovario y endometrio; mejora los problemas de acné, previene la osteoporosis, quita el dolor menstrual y disminuye el sangrado, entre otras ventajas probadas".

Para minimizar las posibilidades de troboembolismo venoso, los ginecólogos gallegos abogan por realizar una buena historia clínica de la paciente, ya que efectivamente, los anticonceptivos orales combinados están contraindicados en caso de que existan antecedentes familiares de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular a una edad temprana, si se tiene la presión arterial alta, si se sufre migraña o si se tiene más de 35 años y es fumadora.

"Los casos de contraindicación también son sobradamente conocidos, al igual que los criterios de elección del anticonceptivo. Por ejemplo, si una mujer tiene antecedentes de accidentes cerebrovascular no se le debe de prescribir ninguno. Y si fuma y tiene más de 35 años, tampoco", advierte Yáñez, que confía en que los anticonceptivos que tienen como compuesto principal el estrógeno natural, como Zoely, reduzcan casi por completo el riesgo de trombos. Sin embargo, estos fármacos, que llevan muy poco tiempo en el mercado, aún no están incluidos en el catálogo de la Seguridad Social.