La última vacuna desarrollada contra el alzhéimer por científicos del centro médico "EuroEspes" en Galicia, y registrada en la Oficina de Patentes de Estados Unidos -ya en 2011- estará lista para probar en humanos en tres o cuatro meses. Así lo aseguró ayer en Madrid el doctor Ramón Cacabelos, principal investigador de la vacuna EB-101. Tras la publicación de los datos de los ensayos en ratones en el "International Journal of Alzheimer's disease", el científico asegura que los posibles ensayos clínicos se harán en EE UU.

Expertos consultados ayer por este periódico hicieron un llamamiento a la "prudencia" para evitar dar "falsas esperanzas" a enfermos y familiares y aseguraron que la revista en la que ha sido publicada la investigación "no está indexada ni tiene factor de impacto" -la medida internacional que se utiliza para valorar su calidad-, e insistieron en que esta se realizó "en un número muy reducido de ratones".

Los estudios preclínicos realizados hasta ahora en animales concluyeron que con esta estrategia se podría aumentar la esperanza de vida de los pacientes con alzhéimer. Los ensayos lograron, según Cacabelos, que ratones transgénicos no desarrollasen la enfermedad y además, mejorase su longevidad. En ratones que sufrían estadios iniciales de alzhéimer, el fármaco logró detener su avance, sostiene.

Por tanto, si los ensayos en humanos diesen resultados positivos -similares a los obtenidos en ratones transgénicos-, la vacuna sería una realidad en el plazo de 6 u 8 años, y se desarrollaría conforme a los requisitos de la FDA norteamericana.

Se trata de la primera vacuna dual, eficaz en ratones transgénicos, que previene las manifestaciones clínicas del alzhéimer antes de que aparezcan los síntomas y reduce significativamente los rasgos patológicos cuando la enfermedad ya está desarrollada. Así lo resumió el director de "EuroEspes" Ramón Cacabelos, junto al doctor Arturo Fernández-Cruz, catedrático de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid en la presentación de los resultados. "El alzhéimer es una enfermedad incurable y hereditaria", aseguró Fernández-Cruz, que cifró en 36 millones de personas las afectadas por alzhéimer en el mundo y estimó en 66 millones los enfermos en el año 2030.

El equipo de científicos que participaron se completa con la doctora Carmen Vigo; Iván Carrera de Neurociencias Básicas; Lucía Fernández-Novoa, de Genómica Médica y Valter Lombardi de Biotecnología de la Salud.

El prototipo que han desarrollado Cacabelos y su equipo sigue la senda de otros ensayos previos. Se basa en activar el sistema inmune contra las proteínas beta-amiloides -en concreto, contra la variedad 42-, unos compuestos que se ha visto que en los enfermos de alzhéimer se acumulan en el cerebro causando la desconexión neuronal a la que se atribuyen los síntomas de la enfermedad.