"Aldea 5-6 casas, Ribeira Sacra. Se conservan los corrales y leñeras. Impresionantes vistas. Precio total aldea completa: 125.000 euros. Gran oferta, nuevo precio: 60.000 euros". La venta de aldeas abandonadas en Galicia ya no es una excentricidad. Una veintena de lugares con viviendas en mejor o peor estado, hórreos y bodegas buscan comprador por unos precios que oscilan entre los 30.000 y el millón de euros.

Si hace años la rehabilitación de las aldeas abandonadas se orientaba fundamentalmente al turismo rural, ahora son empresarios y profesionales los que buscan en ellas un lugar tranquilo para trabajar, lejos del agobio de las grandes ciudades. En la actualidad, solo una tercera parte de las adquisiciones de aldeas tiene por objetivo convertirlas en casas de turismo rural; el resto de las compras son para uso particular. Los compradores suelen ser empresarios o autónomos que hasta ahora trabajaban en grandes urbes, como Madrid, Londres o Barcelona, y que ahora, gracias a la extensión de las nuevas tecnologías, se plantean la posibilidad de desarrollar su labor profesional desde una aldea. Con buena cobertura para el teléfono móvil y el acceso a Internet, los pequeños núcleos pueden competir hoy en día con las grandes urbes a efectos de trabajos en el propio domicilio.

Con un total de 1.408 núcleos deshabitados -la mitad de todos los existentes en España- Galicia se ha convertido en el principal foco de atención de este peculiar mercado inmobiliario. "Más del 70 por ciento de nuestro negocio está en Galicia, por el clima, por la magia que transmite€", comenta Rafael Canales, director de aldeasabandonadas.com, uno de los portales líderes del sector. Con una dilatada experiencia en la gestión de patrimonios, y en vista de que los clientes le pedían propiedades singulares, el empresario catalán se adentró en los últimos años en el mercado potencial que suponen las aldeas abandonadas. "La gran mayoría de nuestros clientes nos pide casas en el norte. De hecho, el 95% de los residentes en Madrid busca estas zonas", explica Canales.

Cada año se incrementa notablemente el interés por este tipo de propiedades, "en torno a un 20 o un 25%", apunta el director de aldeasabandonadas.com, que pertenece al Grupo Sacapartido.com. La mayoría son aldeas en venta son muy pequeñas, pero las hay también de 15 o 20 casas. En cuanto a la titularidad, en su gran mayoría se trata de particulares, son los herederos de esas viviendas que se ponen de acuerdo para vender de manera conjunta el pueblo, con sus casas, sus calles y sus tierras comunales; algún caso hay, sin embargo, de titularidad pública, donde el propio ayuntamiento promueve la venta para sanear sus arcas.

Una nueva vida

La mayoría de los nuevos propietarios cambian su forma de vida al integrarse en el ritmo más sosegado de las aldeas. Es el caso de la familia de la malagueña Ana María Ortega, que adquirió una vivienda en una de las aldeas de Lugo que se han puesto a la venta, en su caso en el municipio de A Pontenova. "Llevamos viviendo en la aldea desde el mes de junio y estamos encantados, nos damos cuenta de que no necesitas tantas cosas para vivir; ha sido un cambio radical", resume Ana María, que, junto con su marido Salvador y sus hijos Salva y Alex, se han integrado perfectamente en el lugar, hasta el punto de que ha instalado una lavandería en la localidad de A Pontenova.

La familia de Ana María buscaba un lugar tranquilo para vivir, "porque en Málaga estábamos ya un poco agobiados y teníamos un problema de acoso escolar con uno de mis niños; buscamos en Internet y así fue como nos interesamos por esta aldea". Confiesa que "tan pronto llegamos aquí, nos enamoramos de todo esto, porque es una preciosidad y la gente es fenomenal".

Los nuevos inquilinos aportan savia nueva a unos lugares condenados a desaparecer, entre otros motivos por el envejecimiento de la población en Galicia, sobre todo en el rural. La mitad de las aldeas que se encuentran a la venta en nuestra comunidad se encuentran en la provincia de Lugo. Además de las situadas en la comarca del valle del Eo -una de ellas, por cierto, adquirida por unos ingleses-, se venden núcleos en A Fonsagrada y en varias zonas de la Ribeira Sacra.

En la provincia de A Coruña las ofertas se centran en la Costa da Morte y en Ortigueira. En contra de lo que podría parecer, hay muy pocas aldeas ourensanas a la venta, una de ellas en el municipio de Cea. Tampoco en la provincia de Pontevedra son frecuentes las ofertas de este tipo de inmuebles.

A años luz de la burbuja inmobiliaria, la crisis empieza a condicionar sin embargo la venta de este tipo de patrimonio rural. En algunos casos los precios han bajado de forma notable. Es el caso de una aldea de Ortigueira con tres casas y un molino; si antes se pedían 225.000 euros, ahora se ofrece por 180.000. "La bajada de precios -explica Rafael Canales- siempre se negocia entre el vendedor y el comprador. Ese no es el problema; el tema más preocupante es la financiación, la falta de liquidez de los posibles compradores. Muchas operaciones no llegan a buen fin precisamente por esa falta de financiación".

Tal vez por ese motivo, y en general por la crisis que se vive en España, en la actualidad casi la mitad de los compradores son extranjeros, sobre todo ingleses, "pero también hemos tenido clientes de Estados Unidos, holandeses, belgas€ En los últimos meses hay también un gran interés por parte de chinos y rusos, aunque este tipo de clientes prefieren zonas más bien cálidas." Y es que son los extranjeros los que más se sorprenden del patrimonio rural de Galicia. Pazos, hórreos, molinos€ se suman a un paisaje impresionante y una excelente gastronomía. "Muchos de estos compradores extranjeros -relata Canales- no saben lo que es un hórreo, pero tampoco lo que es una casa de sillería, y se sorprenden de ver aparecer una vaca por la esquina€ Cuando les enviamos los dosieres y las fotos y les explicamos las características de esas aldeas, algunos nos comentan que Galicia se parece a Escocia y les encanta el paisaje y la tranquilidad de estos lugares".

Aldeas abandonadas

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en Galicia hay 1.408 núcleos deshabitados y otros 2.052 que sobreviven con uno o dos habitantes. En total, 3.460 pueblos están abandonados o a punto de morir.

Lugo, con 611 aldeas abandonadas, es la provincia más afectada. Tan solo seis de sus 67 municipios (Burela, Meira, Pedrafita, Rábade, Riotorto y Triacastela) conservan todavía habitados todos sus núcleos. A Coruña concentra otros 540 núcleos sin habitantes y los dos municipios con más aldeas deshabitadas: Ortigueira, con 104,y As Pontes, con 75. La provincia de Ourense es la que mejor resiste el abandono, con 122 aldeas vacías, y es la única en la que los municipios con todos sus núcleos ocupados (51) superan a los que han perdido al menos una entidad (41). En Pontevedra, el abandono de las aldeas se ha acelerado en los últimos años y en la actualidad suma ya 135 núcleos deshabitados.

La venta de las aldeas abandonadas, más allá de una moda, podría dar nueva vida a comarcarcas que con el paso de los años venían languideciendo. La crisis económica está cambiando muchos hábitos, y entre las nuevas alternativas destaca la reconciliación con el campo y la vida rural. Una apuesta donde Galicia tiene mucho que decir.