"La labor de la Reina María Victoria dal Pozzo en España, donde gastó buena parte de su fortuna en obras de caridad y ayudas a todo aquel que le solicitaba audiencia, fue solo reconocida por las lavanderas de Madrid, Barcelona, alicante y Tarragona", decía ayer en el Club FARO Carmen Gallardo, especialista en información de las casas reales.

Y es que ya en el mismo título de su charla aludía a tan paradójica conclusión: "El tráfico destino de la Reina María Victoria, esposa de Amadeo I de Saboya". Presentada por la periodista de TVG Iria Lagarón, la escritora comenzó dando unas pinceladas clarificadoras sobre el paisaje de ese tiempo que llevó a la dinastía de Saboya a gobernar dos años España, de 1871 a 1873: " La revolución española bautizada como La Gloriosa (1868) tiene un ideólogo: el general Prim. Él se niega en rotundo al regreso de los borbones, se aprueba en las cortes la primera constitución democrática, la de 1869, y, a pesar de los pinitos de ciertos sectores republicanos, aun se piensa que el modo de gobierno ideal es la monarquía, eso sí, parlamentaria. Ese es el plan de Prim y de ahí que comience a buscar en el gotha europeo a su candidato para ocupar el trono de España. Apuesta por los Saboya una monarquía laica y democrática".

Gallardo, que acaba de publicar en La Esfera de los Libros la novela histórica La reina de las lavanderas, afirmó que para entender y situar la vida y el papel político del experimento que supuso la llegada al trono de España de los Saboya con Amadeo I (segundo hijo del primer rey de Italia Víctor Manuel II) y su esposa María Victoria dal Pozzo, "es necesario hacer un mapa de la situación política de los países del entorno, de una Europa que está conformando sus fronteras y con una mayoría de países que han vivido revoluciones industriales que van dando al traste con las viejas estructuras políticas, económicas y también sociales".

En España, los generales Prim, Serrano y Topete acaban de echar a la reina Isabel II, con Prim como verdadero promotor pero, sin embargo, no todos en España piensan como Prim. Y, tras la aceptación de las potencias europeas y a pesar de la negativa inicial de Amadeo I que se considera un soldado y no un político, el general Prim logra que las cortes aprueben por 191 votos a favor la llegada a España de una nueva dinastía. La casa de Saboya. El candidato, Amadeo I, el primer rey elegido por un parlamento. El primer rey democrático, llega a España el 1 de enero de 1871. Su benefactor, el general Juan Prim y Prats, muñidor de toda la operación, y que había luchado a brazo partido por sentar un Saboya en el trono de España, estaba de cuerpo presente en la basílica de Atocha el mismo día que él atracaba en el puerto de Cartagena. Había sido asesinado".

Pero el destino, las maniobras políticas sentaron a la pareja en un trono que no deseaban. Aun si el deseo de cumplir con el deber que les inculcaron desde niños les impidió hacer real la negativa que anidaba sobre todo en el alma del príncipe Amadeo. En España se encontraron con la afrenta de la nobleza a la que se enfrentaron abriendo su corte al mundo de la cultura. De hecho María Victoria fue gran amiga de Concepción Arenal, a quien siguió enviando donativos cuando abandonaron España para que ésta lo distribuyese entre las personas que lo necesitaban".

Afirma Gallardo que solo las lavanderas de varias ciudades españolas , para cuyos hijos había costeado la primera guardería de España tras verlas trabajar en el Manzanares, reconocieron esa labor. "Salió de Madrid sangrando -dijo-, cuando acababa de tener en el palacio real a su tercer hijo apenas 12 días antes y afectada ya por la tuberculosis que acabó con su vida en San Remo cuando solo contaba con 29 años".

A la sombra de las grandes figuras históricas del siglo XIX español, Gallardo desveló la vida de esta mujer de tan efímero como singular y olvidado reinado".