La protagonista femenina, Mecha Inzunza, la describe el escritor como "una mujer inteligente y bella que descubre sus lados oscuros".

Otro de los elementos presentes en "El tango de la Guardia Vieja" es el ajedrez, una partida de élite entre el hijo de la protagonista femenina y un campeón soviético en plena Guerra Fría. Este juego, que ya estaba presente en "La tabla de Flandes" y "El pintor de batallas", ha ejercido una gran fascinación en el escritor, que asegura haber desarrollado "una ética, casi una mística" a partir de él. "El blanco y el negro, el peón aislado, el rey que no tiene poder, la reina que hace todo el trabajo sucio, los 64 escaques, tantos como los años de Max... Cambié a Dios por el ajedrez", aseguró.

Sin embargo, Pérez-Reverte se declara un pésimo jugador: "soy demasiado imaginativo e inquieto para el ajedrez".