"Cuando hay necesidades, todos somos inventores; cuando no hay dinero, hay imaginación. Solo tienes que tener pasión por hacerlo; no puedes permitir que nadie te robe tus ilusiones". Los tres minutos que reflejan la vida del inventor vigués Xulio González transmiten la magia de las cosas que no existen. Quizás por eso, el título del cortometraje que opta a cien mil dólares en el Festival Focus Forward se llame "Things wich didn't exist".

Llegó a Vigo para dos años y se quedó por 31, sonríe. Xulio González fue un niño sonámbulo que descubrió una fuente de sabiduría en el insomnio ya a los 8 años: aprovechó sus largas noches en vela para estudiar e inventar. Incluso coches con piezas sacadas de desguaces. Y aún es hoy el día en el que, el actual presidente e investigador principal del Centro Teaxul -en la carretera de Baiona-, se mantiene en pie con solo dos horas de sueño. "Hace quince años, pinté ante mis amigos la nave que hoy tengo y les dije que era mi sueño. Empecé en un local de 120 metros y hoy trabajo en 8.650 metros", reflexiona.

Su currículo es una extensión de patentes, demostraciones e inventos que culminan premios de investigación de la talla de la Fundación Biodiversidad. Luego de formarse en la localidad alemana de Stuttgart en electrónica digital a principios de los años ochenta, comenzó a "dudar del imposible". Así llegó la primera patente mundial para una báscula que permitía pesar abordo de un buque, en 1985. Hoy en día aún se vende en todo el mundo. Un año después de su invención, demostró que era efectiva incluso sumergida en una feria en Bilbao. Y su afán de mejorar con instrumentos de pesaje no hizo más que comenzar. También registró una patente para eliminar el anisakis.

Y otro de los inventos con los que se abrió al mundo fue la de un maletín para homologar las herramientas de jabalina, martillo o disco, que emplean ahora todos los jueces desde Barcelona 92. Otro sistema en el que participó es un mecanismo para extraer fuel del fondo submarino. Medicina forense o nanotecnología, sectores en los que se ha detenido la imaginación de Xulio. El denominador común de su vida, tras un drama familiar ocurrido con la muerte de su hijo: "luchar para salir adelante".

Son "historias sobre personas innovadoras que están cambiando el mundo a través de actos de invención", explica en la web sobre los trabajos que se pueden votar a través del portal abierto en Vimeo. "El mayor invento, es inventarse a uno mismo".