Nicholas Gurewitch es una de las figuras más importantes en la renovación de la tira humorística de prensa. Comienza a editar su "Hermandad de la Biblia Perry" (Editorial Astiberri) en el periódico de la Universidad de Siracusa, y al tiempo las ofrece en su web (http://pbfcomics.com/, donde pueden ser consultadas todavía). Su obra es medida, trabajada hasta lo insospechado en estas breves sucesiones de tres o cuatro viñetas€ pero ya sabemos que lo breve no siempre es lo más sencillo o simple: Gurewitch medita cada (provocador) gag, busca el tono gráfico, domina la elipsis (esto es, sabe qué mostrar y qué momentos de la acción escamotear al lector para que surja en ese lapso la risa o la reflexión), varía su estilo que puede ir del trazo de simples monigotes al naturalismo más detallista, del minimalismo a lo más barroco, siempre al servicio de la eficacia del gag.

¿Y qué nos cuenta esta Biblia provocadora y ácida? Pues rompiendo las bases lógicas del cómic diario de prensa (piense el lector en "Mafalda"), no relata la vida y milagros de un personaje fijo y sus compañeros, no nos identifica con un entorno ni plantea chistes de situación, sino que cada tira es autónoma. Un universo en tres viñetas. Un universo de pequeños mensajes vitriólicos donde el autor (y el lector, inevitablemente) se ríe de casi todo, pero sobre todo del sexo, la religión, los valores más positivos (amistad, familia, progreso científico€ todo lo bueno). Y lo hace con una estética que toma clichés culturales o subculturales para darles la vuelta (operación de la que a menudo surge la gracia): unicornios, transformers, cuentos clásicos, juegos de naipes, autores de cómic€ todo triturado en su feroz turmix para poner en solfa aquello de la bondad natural de nuestra especie. Sin duda, uno de los libros del año, y posiblemente el más hilarante (y bastante bruto, cierto).