Galicia cuenta en estos momentos con cinco casas de acogida municipales para proteger a las mujeres maltratadas y sus hijos ubicadas en A Coruña, Culleredo, Ferrol, Lugo y Ourense. A ellas se une una de titularidad autonómica, el Centro de Emerxencias (CEMVI), ubicado en Vigo, que está gestionado por el Consorcio Galego de Igualdade y cuenta con la colaboración del Concello de Vigo. En el primer semestre de 2012, residieron en ellas un total de 143 personas, 96 mujeres y 47 niños. Esta tasa es ligeramente superior a la registrada el año pasado en las mismas fechas: 130 personas.

El CEMVI es la casa que tuvo un mayor número de ingresos de mujeres este semestre (30), seguida de A Coruña (25), Ourense (18), Ferrol (15), Lugo (7) y Culleredo (1). En total, el año pasado el centro vigués atendió a sesenta mujeres y niños. A este espacio acuden no solo mujeres de la zona de Pontevedra sino de toda Galicia e incluso de otros países para casos de extrema gravedad. "Galicia es pequeña y hay casos muy extremos o con determinadas colectividades en los que es preferible alejar a la mujer de la comunidad autónoma", explica Begoña Riveira, directora del centro.

Aunque el número de ingresos se ha mantenido parecido en los últimos cinco años, Riveira advierte de que se encuentran cada vez con casos "más complicados." "Desde que en 2004 la ley incluyó las medidas de protección, las mujeres no tienen tanta necesidad de abandonar sus casas; de hecho, muchas casas de acogida cerraron. Sin embargo, en los últimos tiempos nos encontramos con casos más extremos en los que es más complicado ver una solución". De este modo, la directora del CEMVI asegura que no tienen actualmente problemas de plazas. "Estamos habitualmente al 50% de nuestra capacidad; en los tres años que llevamos abiertos solo una semana estuvo la casa completa", explica. Eso no significa, advierte, que el problema esté solucionado. "Queda mucho por hacer, especialmente que la sociedad se conciencie porque en general está contra las mujeres", lamenta Riveira.

Galicia es pionera en muchos servicios de estos hogares. Así, la casa de Vigo fue la primera el año pasado en incluir dos programas psicoeducativos dirigidos específicamente a los menores. "Tenemos además un sistema de escolarización inmediata y preferente para estos niños que funciona muy bien", apunta la directora.

Igualdade destina este año un presupuesto de 230.000 euros para el funcionamiento y los gastos de personal de las seis casas de acogida. Las casas cuentan con psicólogas, abogadas, trabajadores sociales y educadores sociales. "La estancia aquí es de un máximo de tres meses, mientras que en las otras casas se puede prorrogar hasta un años pero es esencial que las mujeres continúen con los programas una vez que vuelvan a sus hogares", apunta.