El hallazgo de un huevo fósil en la Sierra del Montsec, en Lleida, ha llevado a los investigadores a reforzar la tesis de que dinosaurios y aves actuales comparten un ancestro común.

Los científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) centran este parentesco lejano en el hecho de que el huevo tiene forma ovoidal, similar a los huevos de las gallinas, según publican en la revista 'Palaeontology'

El nuevo tipo de huevo ha sido bautizado con el nombre científico 'Sankofa pyrenaica', y forma parte de un rico yacimiento de huevos de dinosaurios que, en su mayoría, proceden de saurópodos del Cretácico Superior, hace entre 70 y 83 millones de años.

En aquel momento el paisaje de la zona correspondía a un litoral lleno de playas y deltas que ganaban terreno al mar por la acumulación de sedimentos, un terreno embarrado que permitió la fosilización de los huevos, en su mayoría con un tamaño de 7 centímetros de alto y 4 de ancho, con una cáscara de 0,27 milímetros.

Los huevos ovoidales corresponden estrictamente a dinosaurios del Cretácico, diferentes a los dinosaurios no aviarios, que sí ponían huevos simétricos y alargados.

La asimetría de los huevos está asociada a la fisiología de las aves, con un único conducto que no puede formar más de un huevo a la vez y que aloja en su extremo más grueso una bolsa de aire que facilita la respiración del pájaro en las últimas etapas de su desarrollo.

El hallazgo representa "el eslabón perdido" entre los huevos de dinosaurio y las aves, según la UCM y la UAB, que recuerdan que solo se ha encontrado un huevo similar en Argentina, correspondiente a un ave primitiva de la misma época.