Nadie diría hoy que el patio de manzana que comunica las calles Regueiro y Salamanca se encontraba en estado de abandono hace escasamente un año. Gracias a la unión de más de mil vecinos en una macro manconmunidad que abarca catorce edificios con 240 pisos, 43 locales comerciales y 223 plazas de garaje, esta vía de dominio privado pero uso público luce actualmente un impecable aspecto. Y todo gracias al esfuerzo económico de todos los miembros de la entidad, que han aportado para su remodelación un total de 310.000 euros, distribuidos proporcionalmente según el coeficiente de participación de cada piso o local.

"El pavimento -de 126 metros de largo por 15 de ancho- se impermeabilizó y se habilitó con granito en lugar de terrazo, además de modificar la recogida de aguas pluviales. Las escaleras de comunicación con la calle Salamanca se sustituyeron por otras combinadas con una rampa adaptada para minusválidos. Se dispuso un banco para evitar el acceso de vehículos por la calle Regueiro y se situaron jardineras, diez puntos de luz, así como la rehabilitación de las fachadas de los edificios", explica José Antonio Docampo, presidente de la mancomunidad.

"Solo resta cambiar la fachada del inmueble que da a la calle Zaragoza, 51, cuyas obras comenzarán después del verano", agrega José Manuel Vilar, miembro de la agrupación vecinal.

Sin duda, el cambio más llamativo se observa en los bajos comerciales, decorados con espectaculares murales realizados por artistas de la ciudad. "Con esta apuesta queremos contribuir a llevar el arte a la calle, además de evitar las pintadas que antes poblaban estas paredes", señala Docampo.

El grafiti más significativo es una reproducción de 18 metros de una fotografía de O Berbés del año 1930 perteneciente al archivo Pacheco, realizada por Antonio Barbará, conocido como Powone. "La imagen es especialmente significativa para mí porque parte de mi familia es de O Berbés y mi abuelo fue uno de los fundadores de la cofradía de pescadores de este barrio", afirma el artista. "Y lo hizo sin trazado previo alguno, directamente de la instantánea", apunta el presidente de la mancomunidad, orgulloso por el resultado.

De las manos de este joven también surgió la mujer que porta una 'patela', contiguo al mural de O Berbés, y la fachada de la ludoteca que hay en el patio de manzana.

Los restantes locales comerciales también presentan distintos dibujos, más coloridos, con personajes marinos y paisajes naturales. "Es una forma más de dotar al patio de vida. Por eso también decidimos mantener lo abierto al público: la decoración, las terrazas y los niños contribuyen a este propósito", declara Docampo, y añade: "Además, así proporcionamos un servicio a los ciudadanos, ya que la calle es un atajo para llegar a Povisa".