Propietarios de caballos salvajes de A Groba salieron de nuevo ayer a la calle para reiterar su rechazo frontal a la implantación del microchip como método de identificación de las reses criadas en libertad, una medida a la que les obliga la Xunta para evitar problemas en caso de daños por accidentes de tráfico o invasión de propiedades privadas.

Como en la protesta que realizaron el pasado mes de octubre, más de un centenar de personas –casi la mitad de ellos a lomos de sus caballos– atravesaron Baiona a mediodía para hacer visible su malestar ante vecinos y visitantes.

Convocados por la Asociación de Gandeiros de Cabalos do Monte da Groba, realizaron un recorrido de siete killómetros desde la parroquia baionesa de Fontes hasta el curro de Mougás, en Oia, donde ayer tenía que haberse celebrado la tercera rapa de la temporada en la zona y que fue suspendida como las dos anteriores en señal de protesta contra el microchip.

Abría la comitiva un grupo de personas a pie que portaban pancartas en las que se podían leer lemas como "Microchips non, curros si" o "Non ós m-chips, si ás marcas", con los que quisieron dejar clara su apuesta porque se mantenga la forma tradicional de identificar los equinos sin necesidad de medios electrónicos.

La propia UE, en una resolución reciente, recordaba que las marcas son identificadores válidos, aunque debe ser la Xunta la que los reconozca como tales.