R.M.G. desveló el paradero de su madre biológica 38 años después de que ésta la hubiera parido en Lérez, Pontevedra. Criada con una familia adoptiva en Valencia, su vida transcurrió con pocas sospechas. Hasta que indagó en su partida literal de nacimiento. Halló a su familia biológica hace unos días y ésta sostiene que la pequeña fue "robada"; que a su madre le dijeron que estaba "muy malita" y se la llevaron. Algo inquieta tras desvelar su historia públicamente, reconoce nervios, muchos nervios. Lo único que la tranquiliza es que va "con la verdad por delante".

–Su familia biológica, tras la sorpresa de hallarla 38 años después, ¿no le ha requerido una prueba de ADN?

–Mis hermanos, no. Mi hermana ha dicho que más prueba de ADN queremos si todos los datos de mi partida literal de nacimiento coinciden con sus padres, con sus abuelos, todos los datos sobre los lugares... ¡qué más prueba queremos! Es lo legal. Por mí, si ellos quieren hacerlo, haremos la prueba. Pero parece que tras ver la partida que les he mandado, les sobra para saber que soy su hermana.

–Estarán deseando conocerse. ¿Ya tienen fecha de viaje?

–Me han dicho que lo están deseando pero yo tengo dos niños pequeños y tengo miedo de conducir yo sola. Está claro que voy a seguir; vamos a viajar para verla pero aún no sé la fecha porque estoy pendiente de mi marido. Yo me echo al toro solo cuando estoy segura de las cosas.

–¿Está segura al cien por cien de que la mujer que va a ver es su madre biológica?

– No tengo duda. Es que en las fotografías que me han enviado nos parecemos. Yo me parezco a mi hermana, la mayor. Mi sobrino, un hijo de mi hermano el que está en Argentina, me ha mandado un mensaje tras ver mi fotografía en el periódico. Me dice ´te pareces mucho a mi tía´. No me considero valiente, pero quiero llegar hasta el final. Y resulta que todo lo que me he encontrado es mucho y positivo.

–Descubrió en 2009 cuando iba a casarse y pidió la partida de nacimiento, que era adoptada. Ahora encuentra a su madre y ésta le dice que no la entregó en adopción, que se la quitaron. ¿Qué sensación le producen tantas novedades sobre su vida?

–Son sentimientos encontrados. No culpo a unos, ni a otros. Ni a mis padres biológicos, ni a los adoptivos; sino a la desgraciada que lo hizo... Tengo muchas ganas de que conozcan a mis hijos y a mi marido. Quiero ver a mis hermanos y sobrinos; tengo sentimientos aunque es el roce el que hace el cariño.

–Pero ellos no sabían que tenían otra hermana.

–Sabían que había nacido otra hermana pero que no estaba bien... Pensaban que estaba muerta. Mi madre les dijo que se la llevó una monja. Ella tiene 80 años...

–¿Qué monja?

– No lo sé. Cuando hable con ella se lo preguntaré, a ver si se acuerda. Y si quiere contármelo, que lo haga.

–¿Y qué le dijo esa persona a su madre cuando nació usted?

–Que se la llevaba porque estaba muy malita. Luego, no apareció por ningún lado.

–¿Sabe si llegaron a "enterrarla"?

–De eso no sé nada. Aún no hablé con ella cara a cara. Y hasta que no la vea y no me lo explique no quiero pensarlo.

–Si su madre le dice que la engañaron, ¿demandarán?

–Lo hablaremos y si ellos quieren, iremos para adelante, por supuesto. Para que en este país no se vuelva a hacer lo mismo y salga la verdad a la luz.

–Si piensa en que alguien la ha separado adrede de su madre para darla a otra familia, ¿qué siente?

–Rabia. Odio hacia esa persona, siendo sincera. Porque no hay derecho.

–Lo único que dice su madre es que le retiraron a la última de sus hijos, que era usted.

–Mi hija está por aquí y yo tampoco quiero que se entere de muchas cosas. Nosotros se lo hemos contado como un cuento, para que ella comprenda que va a conocer a unas personas que también son familia suya pero que no se sorprenda porque sus abuelos han muerto. El psicólogo del colegio me aconsejó contárselo poco a poco y como un cuento. El niño no se enterará porque tiene 2 años, pero ella sí porque tiene 6 años y es muy lista. Pregunta ´mamá, ¿qué pasa?´.

–¿No tiene ninguna duda de que fue una adopción irregular?

–No lo dudo porque me registraron con sus apellidos, me reconocieron como hija.