"Cualquier infinito posible" cuenta la partida de ajedrez entre Aníbal, un viejo marinero gallego, descreído en mil batallas y medio poeta, y Yotuel, un joven disidente cubano que quiere seguir siendo comunista, pero comunista libre. Este corto del director gallego Roi Fernández es su tesis para el Máster en Dirección Cinematográfica del City College of New York, que cursa en la ciudad norteamericana gracias a una beca de la Fundación Barrié. Este fin de semana se estrenó en Manhattan dentro del Festival Cityvisions 2012.

El director ha contado como protagonistas con el actor pontevedrés Celso Bugallo ("Los lunes al sol", "Mar adentro", "Pudor") y el puertorriqueño Modesto Lacén, un actor afincado en Nueva York que ha sido premiado por la asociacion de actores latinos en diversas ocasiones.

Roi contactó con Bugallo por medio de un compañero de profesión y consiguió que el actor se desplazase a Nueva York para el rodaje. "En ese momento estaba en Madrid embarcado en un proyecto teatral con el Centro Dramático Nacional y a priori parecía complicada su participación en el corto. Pero me fui a Pontevedra a conocerlo y entregarle el guión personalmente, y me encontré con un tipo excelente y abierto al proyecto. Hablamos un poco y le dejé el guion. A la semana siguiente aceptó venirse a New York y encarnar el personaje de Anibal", relata el director. "Pasamos nueve días juntos en Nueva York, donde no sólo demostró ser un actor impresionante y comprometido (apareció en el aeropuerto con el guion en la mano, lleno de notas y acotaciones), sino una enorme persona, con la que siempre da gusto conversar", asegura Fernández.

Inspirado en su bisabuelo

En el corto los actores se comunican en gallego y castellano-cubano. "El personaje de Anibal, marinero a la vez que amante de la poesía, existe en nuestra tradición migratoria. Yo los ví aquí en Nueva York y tengo mi referencia más íntima en mi propio bisabuelo, marinero y emigrante desde Carnoedo (Sada) a Nueva York a principios del siglo XX que creyó que la cultura era tan nutritiva como el pan y colaboró en la construcción de la escuela laica de Sada", relata el joven director.

La mayor parte de la película está rodada en Williamsburg, un barrio de Brooklyn a orillas del East River, frente al Skyline de Manhattan. Conseguir la localización, asegura, fue toda una epopeya. "Nos pateamos buena parte de las orillas del Hudson e East River para encontrar un lugar pegado al agua, aislado a la vez que con vistas a la Gran Manzana. Tarea imposible pues toda la ribera está poblada de fábricas en las que nos negaban el acceso o pedían cifras totalmente fuera de presupuesto. Finalmente, a sólo tres días del rodaje, conseguí cerrar un acuerdo con Parques de Nueva York para que nos dejaran rodar en un pequeño parque a orillas del río", describe el director.

El resto del corto se grabó en Galicia, "eran escenas subacuáticas que tenían que ser el comodín poético de la pieza", añade Fernández.

A partir de ahora, "Cualquier infinito posible" iniciará su periplo por festivales internacionales, españoles y gallegos. El primero que tienen en la lista es el más importante festival de cine independiente: Sundance.

Posiblemente viajará después a un festival de cine de Puerto Rico donde homenajean a Modesto Lacén. "Y después lo promocionaremos en Galicia, que tenemos una buena cena pendiente con Celso", promete.