Con más de 8.000 entradas vendidas, el músico estadounidense Lenny Kravitz desplegó ayer en el Coliseum de A Coruña su escenario de 34 toneladas y una colección de temas de su último disco, Black and white America, sin olvidarse de aquellos éxitos que le han proporcionado fama mundial, como American woman e It ain´t over ´til it´s over.

Antes de Kravitz, sobre las 20.45, los DJs Candela, Nano y Fonsi Nieto calentaron los ánimos del público.

Salió el artista a las 22.30 horas, ataviado con camiseta de tirantes, chaleco y sus inseparables gafas de sol, entre encendidos aplausos del público del Coliseum. Lenny Kravitz tocaba en Galicia por segunda vez en su vida –después de su concierto en Vigo hace cuatro años–; no había actuado nunca en la ciudad y se notó en el recibimiento del público, ansioso por escuchar algunos de los temas más famosos del rock o el blues internacional.

La primera en sonar fue Come on get it, uno de los temas de su último álbum, con el que ha roto su silencio discográfico de tres años. Aquello sonaba potente y para cuando llegó el segundo tema, Always on the run, el público ya coreaba "Lenny, Lenny". Pero hubo también momento para las baladas como I´ll be waiting, con las que Lenny Kravitz se metió en el bolsillo al público que abarrotó el recinto coruñés.