La ciencia ya tiene su primer museo nacional en Galicia, el primero que se abre en la comunidad. Los príncipes de Asturias inauguraron ayer la primera sede del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt) fuera de Madrid, en la que se exhiben más de 300 piezas que han marcado la historia de la ciencia en España. Su director, Ramón Núñez, fue el anfitrión de la visita real, que culminó con firma en el libro de honor, para desear que el complejo "ponga en valor en el patrimonio científico y fomente vocaciones en este campo que es tan necesario para el desarrollo del país y la humanidad". El museo no abrirá al público general hasta el 1 de junio pero hoy se celebrará una jornada de puertas abiertas.

Núñez recorrió las salas del Muncyt con los príncipes durante algo más de una hora. Tras ser saludados por los robots Pepexán y Marilú –que informarán a los visitantes de los contenidos del recinto– pudieron ver las más de 300 piezas que exhibe el recinto, desde el avión que trasladó al Guernica de Nueva York a Madrid en 1981, al primer faro eléctrico de la Torre o el proyector restaurado del Cine París, primera sala comercial de España. En su dedicatoria escrita, puesto que optaron por no pronunciar un discurso público tras descubrir la placa, se alegraron "especialmente" por la inauguración del museo, "por lo que supone de impulso a la divulgación en este campo para el disfrute y el conocimiento general de los españoles".

"Hacemos votos para que esta nueva infraestructura", prosigue el texto firmado por los representantes de la Casa Real, "ponga en valor nuestro patrimonio científico, atraiga el interés de jóvenes y mayores hacia el mundo de la ciencia y la tecnología y fomente vocaciones en este campo que tan necesario e importante es para el desarrollo de nuestro país y de la humanidad".

Dos horas antes de la llegada de Felipe y doña Letizia, el director del Muncyt, también fundador y exdirector de los museos científicos municipales, proclamó que la inauguración permite "completar una de las señas de identidad de la ciudad que se ha trabajado en los últimos treinta años, una ciudad que le da a la cultura científica el valor que le corresponde". Recordaba así casi tres décadas desde que se inauguró el primer museo científico interactivo de España, la Casa de las Ciencias del Parque de Santa Margarita, en 1985. Después llegarían la Domus (1995) y el Aquarium Finisterrae (1999). Tienen cada año medio millón de visitantes, a los que podrían sumarse otros 200.000 del nuevo recinto, según las previsiones anuales de Núñez.

El máximo responsable matiza que no es un centro más, ya que "cubre una faceta que los demás no cubrían: la conservación y exaltación del patrimonio". Aún así, destaca que "no tendría sentido que este museo tuviese una vida cotidiana al margen del resto de los museos científicos coruñeses". Avanza que colaborarán, tanto en la reserva de visitas colectivas como en la planificación de actividades anuales.

Núñez recomendó a los ciudadanos ponerse "muy contentos" porque "el que hoy nazca algo es una señal de vida, de que el país está vivo y que se va a salir adelante". "Cuando estamos angustiados, cuando estamos rodeados continuamente por ideas de que no te puedes mover, que no puedes crecer, que no puedes vivir, por lo menos tenemos una señal de vida y ojalá logre ilusionar a todos", defendió el director, para quien se ha plantado "una semilla" para ponerse "al nivel de los países del entorno" y "recuperar esa asignatura perdida de los españoles de no considerar la tecnología, la investigación y la innovación como debiéramos".