Su vocación la llevó a estudiar Económicas en Santiago y su inquietud por conocer la impulsó después a iniciar una carrera como investigadora que a día de hoy continúa forjando en la Universidad de Rutgers (New Jersey). "Siempre me gustó la Economía, es muy interesante porque determina cómo vive una sociedad, y me dedico a esto porque lo que quiero es aprender", comenta María Teresa Álvarez (Vilardevós, 1981).

En octubre de 2011 se incorporó a una plaza de investigadora postdoctoral en la Escuela de Planificación y Políticas Públicas Edward J. Bloustein, la tercera mejor de EE UU. "La oferta de mi jefe, Michael Lahr, era una oportunidad de oro y afortunadamente mi perfil coincidía con lo que buscaba. Ni en mis mejores sueños había pensado en llegar a trabajar con él. Es una referencia en su campo. Me siento afortunada porque siempre he estado al lado de investigadores excelentes", señala.

María Teresa, cuya otra jefa es Nancy Mantell, participa en un proyecto de carácter multidisciplinar en el que, además de su escuela, están implicados los departamentos de Ciencias Medioambientales y Ecología, el Instituto de Ciencias Marinas y Costeras de Rutgers y el Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas. A su grupo le corresponde analizar los efectos de las alteraciones climáticas sobre la economía de New Jersey y el sur del Estado de New York. "Y también comprobamos cómo esos cambios económicos repercuten después en el medio ambiente", añade.

Su segundo proyecto en marcha está relacionado con el impacto económico que causaría un accidente ferroviario originado por un ataque terrorista o un desastre natural en la red que une las principales ciudades de la Costa Este. "Estudiamos el efecto que tendría en la línea entre New Jersey y New York y además tratamos de reducir los costes. Es un tramo muy transitado y, en las horas punta, en Penn Station puede haber más de 1.600 personas por minuto", señala.

La economista ourensana ve con preocupación los recortes que sufre el I+D en España: "Hemos mejorado muchísimo y es una pena que ahora se pierdan estos avances por falta de medios. Un país no puede avanzar sin investigación y ésta no puede hacerse sin dinero".

Ella, que se especializó durante seis años en la Autónoma de Barcelona, realizó en 2008 una estancia en Oldenburg (Alemania) y ejerció como docente en las universidades Pompeu Fabra, Santiago y Vigo, considera fundamental salir al extranjero en su profesión: "Ya no solo los conocimientos son importantes, sino la visión de otra cultura, otra economía... No es lo mismo que leerlo en los periódicos". Pero lamenta, sin embargo, que después no se obtenga rentabilidad de muchos jóvenes profesionales sin opciones de regresar para "compartir lo aprendido fuera".

A diferencia de lo que ocurre en España, María Teresa se siente "muy valorada" en EE UU. "Aquí se aprecia mucho más nuestra labor y son conscientes de lo difícil que es ser investigador. Yo solo necesito un ordenador y una mesa y, como los sigo teniendo los sábados y domingos, también trabajo los fines de semana. Por eso no me gusta esa visión de que en la Universidad no hacemos nada. Nos sacrificamos mucho y lo que nos compensa es que disfrutamos con ello. Es una carrera de altibajos y para mí ha sido muy importante tener siempre a mi familia y a mi pareja apoyándome y recordándome en esos momentos en los que te vienes abajo que estás haciendo lo que te gusta", agradece.

La joven ourensana reivindica además la investigación en su campo: "Estamos en recesión y el impacto de la economía es más evidente, pero todos nuestros estudios ayudan a los políticos a tomar decisiones que repercuten en la sociedad. Tratamos de mejorar su calidad de vida".

Desde EE UU sigue con atención las políticas públicas en España, sobre las que versó su tesis doctoral dirigida por el catedrático de la Autónoma de Barcelona Clemente Polo. Se trataba de evaluar el impacto de la recesión en el periodo 2008-2009 y los efectos de las medidas adoptadas por el Gobierno como el Plan E, así como la efectividad que cabría esperar de la subida del IVA o el IRPF, entre otras hipótesis. Ella ya avanzó que el primero solo generaría empleos temporales y concluyó que el aumento de los impuestos provocaría efectos todavía más negativos sobre la economía.

Tampoco las recetas del nuevo Ejecutivo le convencen. "Hay que reducir déficit, pero tampoco a toda a costa. El ajuste no solo debe hacerse en el gasto, sino también en el ingreso. Tenemos un problema serio con el fraude fiscal. La sociedad lo acepta y con una economía sumergida tan grande por mucho que subas los impuestos la recaudación no lo hará en la misma medida. Es necesario mayor control", propone.

María Teresa ya se ha adaptado a la vida en New Jersey –"Son gente muy acogedora, te lo hacen más fácil y los investigadores top son muy cercanos"– y aguarda con interés la campaña electoral: "Me gustará seguirla. La gente tiene la sensación de que Obama iba a cambiar más cosas, pero es cierto que su margen de maniobra no fue demasiado grande".

La ourensana vive en la ciudad de Highland Park, a un kilómetro del campus de New Brunswick, y cerca de la Gran Manzana: "Me sigue sonando raro decir que me voy a pasar el día a New York. Cada vez que llego a Penn Station y me encuentro con el Empire State me impresiona".