Lo primero que hizo George Clooney al verse entre rejas fue llamar a su mamá. Para tranquilizarla, suponemos, no porque estuviera particularmente asustado por la detención, aunque luego confesó que la situación había sido humillante. Por una buena causa, eso sí: protestar ante la Embajada de Sudán por la crisis humanitaria que sufre ese país. La tenacidad de Clooney en esa denuncia le protege contra cualquier sospecha de ser un actor que intenta frívolamente ganarse una imagen de persona comprometida con las buenas causas. Y la prueba de que lo suyo va en serio lo demuestra la escasa nómina de estrellas que han pasado por el mal trago de ser esposadas a la vista de todos y conducidos en un vehículo policial a la cárcel. Son más los rostros famosos que han hecho ese viaje por asuntos privados.

Una pionera en asuntos levantiscos fue Jane Fonda. La hija del gran Henry no dudó en poner su incipiente carrera en peligro para convertirse en estandarte de los movimientos contrarios a la guerra de Vietnam. La antigua Barbarella se puso la camiseta guerrera, alzó el puño y pasó a ser Hanoi Jane. En 1970 fue detenida en la aduana del aeropuerto internacional Hopkins. Según la denuncia, Fonda golpeó a uno de los oficiales cuando intentaba llegar al baño. En su equipaje hallaron vitaminas, suplementos naturales y valium. Fue acusada de contrabando de drogas, pero el juez retiró todos los cargos al probarse que todo lo que llevaba era legal.

Una compañera de Fonda en "Julia", la muy combativa Vanessa Redgrave, también fue "fichada" en una manifestación en la Embajada de Vietnam en Estados Unidos. El actor de origen gallego Martin Sheen vivió la misma situación en Nueva York en 1996 durante una manifestación antinuclear. Un año después, el motivo fue menos impactante: una marcha por los derechos de los recolectores hispanos de fresa en California.

Cuando eran pareja, Susan Sarandon y Tim Robbins unieron esfuerzos. Fue muy sonado su discurso en la ceremonia de los "Oscar" para protestar por la retención de 267 haitianos con VIH refugiados en Guantánamo, pero sólo la actriz tuvo una experiencia carcelaria cuando en 1999 salió a la calle para denunciar en Nueva York la muerte de un emigrante africano a tiros de la Policía.

Daryl Hannah, replicante en "Blade runner" y sirena de larga cola en "Un, dos, tres... splash", ecologista convencida, fue esposada el verano pasado frente a la Casa Blanca por protestar contra la construcción de un oleoducto entre Canadá y Estados Unidos.

A pesar de ser un actor muy comprometido con causas políticas, Sean Penn no se vio entre rejas por ellas, sino por razones menos elevadas, como agredir a papparazzis. Y es que los líos privados han sido siempre las causas principales por las que las estrellas del cine visitan una celda. El alcohol tuvo la culpa, por ejemplo, de que Lindsay Lohan, Michelle Rodriguez, Richard Dreyfuss, Mickey Rourke, Nicolas Cage o Mel Gibson tuvieran una estancia poco feliz en los calabozos. A Rourke, además, su ex mujer Carré Otis lo acusó en 1994 de pasarse con ella. Hugh Grant fue detenido en 1995 acusado de "conducta indecente". El actor estaba en Sunset Boulevard practicando sexo oral con una prostituta. En 2007, Grant volvió a ser arrestado, esta vez no por asuntos bucales, sino por atizar a un fotógrafo. Al Pacino, hace mucho, mucho tiempo (en 1961), se hizo la famosa foto de la ficha por llevar armas de manera ilegal. Robert Downey Jr. colecciona fichas policiales, aunque últimamente parece haberse rehabilitado. Su último desliz fue en 2000: detenido por posesión y consumo de drogas. Paris Hilton "protagonizó" vídeos caseros porno así que puede incluirse en esta lista: fue detenida por ir demasiado rápido por la avenida Sunset con las luces apagadas con licencia suspendida.

A Nick Nolte lo "cazaron" en 2002 en Malibú por conducir su cochazo con signos evidentes de ebriedad. Su imagen destartalada con una camisa hawaiana hizo un flaco favor a su carrera. Sam Shepard pasó el mal trago en 2009. Shepard conducía en Illinois por encima del límite de velocidad y con el estado "alterado" Heather Locklear, de "Melrose Place", vivió su peor noche acusada de conducir trastornada por sustancias inconvenientes. En 2008, Ryan O´Neal y su hijo Redmond fueron encarcelados como sospechosos de posesión de narcóticos. Kiefer Sutherland, hijo del gran Donald, conducía en diciembre de 2007 por Hollywood cuando la Policía le paró por hacer un cambio de sentido prohibido. El actor de "24 horas" vivió 48 días de arresto. Winona Ryder fue acusada de robar en una tienda lujosa de Beverly Hills. Quentin Tarantino pasó unos días a la sombra por no pagar los parquímetros y robar un libro. Johnny Deep fue arrestado en 1989 por sus excesos en una fiesta privada en Vancouver. En 1991 y 1994 repitió noche entre rejas por conducir demasiado "alegre". Bruce Willis tuvo un encontronazo con un agente de la Policía y Dennis Hooper se pasó de la raya cuando persiguió desnudo a una mujer por una carretera, en los 80. ¡"Easy rider"! Jodie Foster tuvo sus más y sus menos con la justicia cuando la pillaron con unos gramos de cocaína y Christian Slatter cometió un grave error al intentar pasar una pistola en un aeropuerto. Eric Roberts, el hermano de Julia, con quien no se habla, tiene un suculento pasado en este campo gracias a su carácter poco amable.

Y un recuerdo final para las estrellas del Hollywood dorado que dieron mucho que hablar en su momento por sus tropezones con la justicia, desde el incomparable Robert Mitchum y Bela Lugosi hasta Charles Chaplin y Errol Flynn pasando por el hoy olvidado cómico Fatty Arbuckle, que fue a juicio por la muerte de una actriz en una de sus fiestas. No acabó en la cárcel al final, pero su carrera se hizo pedazos.