Tres siglos se lleva especulando y estudiando la posible existencia de una raza vasca. Ahora, los estudios realizados por el Instituto de Medicina Legal de la Universidade de Santiago no lo corroboran pero presentan un descubrimiento peculiar. Tras realizar un amplio análisis genómico en parte de España, Francia y otros países, el equipo ha concluido que una parte de la población del área franco-cántabra porta una secuencia genómica que prácticamente es "exclusiva" de dicha región.

El foco de este linaje genético se encuentra en abundancia en Cantabria, País Vasco, Navarra así como en la Aquitania francesa (Burdeos, Biarritz, Bayona); pero también se localiza en otras localidades del Cantábrico español llegando a Asturias y Galicia.

El coordinador de la investigación, Antonio Salas, del Instituto de Medicina Legal (aunque otro miembro de este centro Alberto Gómez-Carballa también ha participado), aclaraba ayer a este diario que se trata de "un linaje neutral desde el punto de vista del genotipo, por lo que no tiene manifestaciones en la apariencia, ni en el grupo sanguíneo".

Salas evitó concretar en qué zonas de Galicia se localiza este linaje. No obstante, aclara que "es posible encontrarlo en diferentes sitios de la comunidad aunque no con tanta frecuencia como en País Vasco o Cantabria".

En esta investigación, la universidad compostelana no ha estado sola. Científicos de las universidades italianas de Pavia y Perugia; así como de la israelí de Haifa, han coloborado. Las conclusiones acaban de publicarse en una de las principales publicaciones científicas del mundo. Se trata de Plos One, confeccionada en Estados Unidos.

Para Salas, este tipo de estudio son de gran "interés" ya que "ayudan a estudiar la historia". De hecho, la investigación explica que este linaje exclusivo se desarrolló con un individuo nacido en el este de Europa hace 14.000 años, en la prehistoria.

Varios miles de años después, una estirpe se movió hacia Oriente Medio mientras que otra se desplazó hace 10.000 años al centro de Europa. De este último grupo, un linaje viajaría para finalmente asentarse en el área franco-cantábrica en el año 3.400 antes de Cristo.

Estos humanos sobrevivirían a la última glaciación, en su periodo más intenso, y con el paso de los años lograrían mediante la selección natural y el crecimiento demográfico que su secuencia genómica "aumentase significativamente en frecuencia". Es decir, se expandieron.

Esta subrama no quedaría limitada a esta zona sino que fue emigrando con el paso de los siglos y milenios.

Como añadido, Antonio Salas añade como aspecto "curioso" de este linaje que "se ha detectado también en poblaciones de Canadá, entre los acadians, un grupo poblacional que se establece en Norteamérica en el año 1700 aproximadamente".

Retornando otra vez a la lingüística, Benjamin Sulte en 1906 firma un estudio que indica que el dialecto acadian deriva de la zona del golfo de Vizcaya y de la región del río Loira.

Otros estudios –lingüísticos– señalan que en la Aquitania francesa se hablaba un euskera arcaico, lo que viene a refrendar el estudio gallego.

El equipo de Salas añade que también se han detectado pequeños grupos en las islas británicas que después emigraron a Estados Unidos; así como en la región de Nápoles en Italia.

No obstante, el foco principal se encuentra en el área cántabra y suroeste galo lo que indica que "esta región mantuvo un evidente aislamiento poblacional con respecto a otras regiones circundantes durante un amplio periodo".