"Hemos pasado de la dictadura del corsé a la de la talla 34 pero también de la de la juventud y de las marcas", decía ayer en el Club FARO la periodista Laura Manzanera. "Del corsé al tanga" fue el título de una charla que le presentó Susana Domínguez Quintas, profesora de Periodismo de la Universidad de Vigo.

Manzanera hizo un recorrido por la España de la moda desde 1900 hasta el presente. "No existe un recurso más efectivo –piensa ella– que la moda para reconocer un período concreto, un momento histórico. Dime cómo vistes y te diré cómo eres, cómo piensas y en qué época vives". Y con esa perspectiva empezó a hablar del siglo XX. "Es el siglo de la moda –dijo– , pero durante sus primeros años las españolas vestían conforme a la moral cristiana, cubiertas desde el cuello hasta el empeine para evitar tentaciones. Ya en los años 20, al tiempo que el corsé iba perdiendo su asfixiante protagonismo surgieron cómodos conjuntos de falda y chaqueta. Las mujeres de la aristocracia empezaron a practicar tenis, deporte que requería subir el bajo de la falda y mostrar brazos. A imagen de la vecina Francia, la moda española se transformó y las damas, con el cabello a lo "garçon" exhibieron siluetas rectilíneas que apenas dejaban intuir la cintura.

Manzanera, que publicó en la editorial Península "Del corsé al tanga. Cien años de moda en España", afirma que en la década de los 30, el cine influyó en la moda. "Mientras que las mujeres de la burguesía –dice– vestían como Greta Garbo o Marlene Dietrich, en la España profunda, la mujer seguía luciendo falda, blusa y toquilla de ganchillo... Esa década comenzó por una dictadura de Primo de Rivera con una cruzada a favor de la vestimenta pudorosa, y siguió con la proclamación de una II República que fue una bocanada de aire fresco para la liberación del cuerpo femenino, en el tenis o la playa, aunque en la España profunda, de todos modos, la mujer seguía luciendo falda, blusa y toquilla de ganchillo".

Y llegó la guerra

Vestía ese uniforme cuando la sorprendió la Guerra Civil. Con el país dividido en dos bandos, la falda descendía y los escotes se guardaban en los baúles en espera de mejores tiempos. La guerra truncó todo amago de liberalización. "En la España de Franco –dice– se pusieron de moda las faldas largas de vuelo, las hombreras anchas, los trajes sastre, los vestidos entallados y los sombreros. Fue en los 40 cuando apareció la muñeca Mariquita Pérez, que fue un símbolo referencial de la España de ese tiempo".

Siguió Manzanera con su relato. Los años 40 fueron de escasez, cartillas de racionamiento y cierre de fronteras. Para evitar que se colase la pecaminosa moda de fuera, ante sus muestras de permisividad, la Iglesia puso el grito en el cielo e impuso su propia dictadura. "Nada de faldas ni mangas cortas. Faja y medias todo el año, ropa interior blanca inmaculada, pelo recogido y velo para entrar en la iglesia".

La década de los 50 fue la época dorada de Balenciaga, años en lo que impuso sus míticas túnicas y sus originales vestidos saco. Junto a ellos se lucieron vestidos entallados, que marcaban las caderas y los pechos se moldeaban con sostenes cónicos. Amanecía un cierto optimismo en el vestir con los primeros leotardos, las medias más baratas... Inventamos la fregona, lo que supuso una revolución para el espinazo femenino, las primeras compras a plazos, la ida del campo a la ciudad

Con la llegada de los turistas a la Península se vieron los primeros biquinis, que primero escandalizaron y que más tarde se popularizaron junto a la minifalda, "portada al principio por famosas desengoznadas". Fue cuando Landa y otros estereotipos del macho español perseguían a las suecas entre tablaos, paellas y sangrías.

Llegan los 60, según cuentaManzanera, y la moda se da a conocer. Los hippies, las flores, la globalización textil con los vaqueros americanos... "Hay una politización de la ropa y los jóvenes no quieren vestir como sus padres. Llega el boom de la minifalda y del panty, y el fin de las enaguas, combinaciones y fajas... pero España aún no podía subirse al tren de la moda por aislamiento, déficit de industria y comercio...".