El mundo de la gaita está de luto tras la muerte, ayer, de Xosé Manuel Seivane, uno de los gaiteiros y fabricantes de instrumentos más destacados de Galicia. Seivane tenía 90 años y su taller de Cambre era referencia de la mayor parte de los gaiteiros que coincidieron ayer en destacar la contribución decisiva de su trabajo a la música gallega. El entierro se celebrará mañana en la parroquia de Ribeira de Piquín, en Lugo.

"Ata onte Galicia tiña dous grandes mestres con maiúscula da gaita: Seivane e Antón Corral. A partir de hoxe só nos queda un", lamentaba el gaiteiro Carlos Núñez tras conocer la noticia. Núñez mantenía una relación cercana con el artesano. "A última conversa que tiven con el foi o día do seu 90 cumpreanos. Estaba de xira na Alemania e chameino. El estaba traballando no obradoiro e púxose moi contento. Sempre tiven a sensación de que era un home sabio, entrañable e moi humano, por riba de épocas, estilos e ideoloxías", destaca.

Del mismo modo, Xosé Manuel Budiño le recuerda como "un soñador na súa forma de entender a música galega". El gaiteiro moañés define a Seivane "ante todo como un creador". Lo conoció cuando solo era un chaval y comenzaba a interesarse por el mundo de la gaita. "Emprendeu un oficio que realmente inventou a súa xeración e hoxe, grazas a él, existen outros artesáns", comenta.

Toniño, gaiteiro de Treixadura, conoció a Xosé Manuel al comprar su primera gaita. "Mi profesor nos dijo a mi hermano y a mí que si queríamos una buena gaita que fuéramos a Seivane". Así lo hicieron. Partieron desde Vigo hasta Ribeira de Piquín, "lo que hace años era toda una aventura" y surgió entonces una gran amistad. "Íbamos a menudo para afinar la gaita, tocar para él o, simplemente, para charlar porque era una verdadera delicia hacerlo", recuerda Toniño. El gaiteiro le recuerda como un hombre entrañable "con un oído privilegiado, muy buen bailarín y siempre yendo en bici a todas partes". "Seivane es un punto y aparte dentro del mundo de la gaita", concluye, al tiempo que advierte que "ha dejado el panorama bien cubierto con sus hijos, que han heredado su espíritu".

También Xosé Lois Foxo, director de la Real Banda de Gaitas de Ourense, destaca la total entrega de Seivane al mundo de la gaita. "Contribuyó a la perfección de la gaita y a conseguir nuevas sonoridades que nunca habíamos experimentado". Foxo conocía a Seivane desde hace 35 años y fue profesor de su hijo Álvaro y también de su nieta Susana, en Barcelona. Foxo asegura que, a pesar de su avanzada edad, Seivane seguía colaborando con sus hijos de vez en cuando en el taller.

Xosé Manuel Seivane nació en el año 1921 en la parroquia de Fonmiñá, ayuntamiento de A Pastoriza, provincia de Lugo. Construyó su primera gaita en 1939, en un pequeño taller de este lugar de la comarca de A Terra Chá, creando así el primer sello "Seivane". Aunque ya era gaiteiro y clarinetista, cumplía su sueño infantil de hacerse su propio instrumento.

Cuando se casó se estableció en Ribeira de Piquín (Lugo) y, en un primer momento, abastecía únicamente a los gaiteiros de su entorno, pero pronto su arte sobrepasó los límites del Estado y convertió el Obradoiro en lugar de peregrinación de gaiteiros y amantes de la música tradicional de Galicia. Sus hijos, Álvaro y Xosé Manuel siguieron sus pasos desde muy niños.

En 1972, Álvaro se trasladó a Barcelona y acabó creando allí otro obradoiro. En 1986 regresó a Galicia para continuar su trabajo y, en 1994, toda la experiencia adquirida por cada uno de los miembros de la familia se funde para formar en Cambre el Obradoiro de Gaitas Seivane.

Un aire nuevo llegó con la incorporación al taller, hace ya algún tiempo, de la creatividad de Susana Seivane, hija de Álvaro, que a los cinco años ya tocaba la gaita.