La tormenta solar que acaricia la Tierra estos días –hasta el fin de semana– podría regalar a los gallegos un espectáculo extraordinario más reservado a zonas como Alaska o norte de Escandinavia: las auroras boreales.

Las auroras polares son fenómenos luminosos que se producen cerca de los polos magnéticos, producidos por partículas cargadas eléctricamente y que proceden de erupciones solares. Cuando se registran en el hemisferio sur se denominan auroras australes; si se dan en el norte, se llaman boreales.

El director del Observatorio Ramón María Aller de la Universidade de Santiago de Compostela, José Ángel Docobo, explicó que los periodos de máxima actividad solar permiten ver las auroras boreales en Galicia "dependiendo de los factores": emisión e intensidad de las partículas y limpieza del cielo, principalmente.

Para ver la aurora boreal desde Galicia, Docobo recomienda mirar hacia la zona noroeste, donde está el polo magnético. Si aparece un resplandor rojizo y permanente sobre el horizonte, se está ante una de ellas.

La última vez que se registró una en la comunidad fue en 1989 (y la anterior ocasión, en 1937). En 1989, Galicia fue la única región de España donde se apreció. Los cielos estaban cubiertos en toda España excepto en el noroeste.

Las posibles auroras boreales en Galicia no serían los únicos efectos de la tormenta solar estos días. La NASA explica que cuando una tormenta solar "se topa con el campo magnético de la Tierra, el impacto provoca que dicho campo se sacuda. Estas vibraciones magnéticas inducen corrientes desde la atmósfera hasta el suelo que pueden sobrecargar los circuitos y dejar fuera de funcionamiento los fusibles".

En 1989, una tormenta solar dejó sin luz a parte de Quebec, Canadá; dañando transformadores también en Gran Bretaña y provocando desperfectos eléctricos en Estados Unidos. Otra tormenta de 1859 electrocutó a operadores de telégrafos.

La NASA asegura que la tormenta de ahora tiene un nivel S3; siendo el máximo el S5.