Con humor, como no podía ser de otra manera en un acto en el que el protagonista era Fernando Quesada. Representantes distintos ámbitos de la ciudad, familiares y compañeros de Quesada participaron ayer en la presentación de su libro en los salones del hotel Bahía. Rieron y bromearon como le habría gustado que lo hicieran al reconocido humorista gráfico, que no pudo asistir porque padece alzhéimer y se habría sentido desbordado ante tanto cariño y admiración.

Entre ellos se encontraban representantes de la cultura gallega como los pintores Antón Pulido y Pedro Solveira; el editor y presidente de los Premios da Crítica de Galicia, Bieito Ledo, y el expresidente del Consello da Cultura Galega Alfonso Zulueta de Haz. Asistieron el secretario xeral de Medios de la Xunta, Alfonso Cabaleiro; la delegada en Vigo de la Xunta, Lucía Molares; el portavoz del PP en Vigo y vicepresidente de la Diputación, Chema Figueroa; el presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López-Chaves, la presidenta del Consello Económico e Social, Corina Porro, y varios concejales del Ayuntamiento de Vigo. Y otros muchos amigos y lectores de sus viñetas como el presidente de Novacaixagalicia y consejero de Novagalicia Banco, Julio Fernández Gayoso, el prelado de Su Santidad Alberto Cuevas, el expresidente del Instituto de Estudios vigueses Antonio Martín Curty, los arquitectos Arturo Fraga y Jaime Garrido, el notario César Cunqueiro y el magistrado Julio Picatoste. Tampoco faltaron sus compañeros de profesión como los humoristas gráficos Bofill, Javier Aguilera y Luis Davila, el fotógrafo Magar y los periodistas Víctor Viqueira y Fernando Gallego.

"Quesada ha marcado un hito en el género humorístico y de la ilustración en España; lamento que a veces no coloquemos a profesionales como él a la altura que merecen, por eso se agradecen actos como este", apuntó el secretario xeral de Medios, Alfonso Cabaleiro. "En mi casa era lo primera que se leía y pueden imaginar las risas porque mi madre se llama Luz Divina, como uno de los personajes estrella de Quesada", ríe.

El Valedor do Cidadán de Vigo, Luis Espada Recarey, se confiesa seguidor de los chistes de Quesada. "Es, además, un amigo a quien tengo especial aprecio", añadió. El arquitecto Antonio Martín Curty es otro de sus incondicionales. "Lo recuerdo como parte de mi vida. Su gran mérito es que su gracia es innata", sostiene. El nieto de Laxeiro, Carlos García-Suárez Otero, lo califica como "una pieza clave" y destaca "su visión cercana y concreta" de la actualidad, y su dibujo, "muy simple pero muy profundo". "Crecí con sus viñetas", reconoce. Para Julio Fernández Gayoso, que se confiesa "un auténtico fan de Quesada", este ha sido "un editorialista excepcional". "Pocas personas son capaces de decir cosas tan profundas sin apenas palabras", dice. Asimismo, el intelectual Alfonso Zulueta de Haz destaca la proyección social de su humor y su especial sensibilidad hacia los desfavorecidos.

"Contó nuestra historia a través de su humor", opina la popular Corina Porro, mientras que la delegada de la Xunta en Vigo, Lucía Molares, destaca la ironía de su humor y su maestría.

Manuel Seoane, presidente del Rápido de Bouzas, destaca la gran aceptación que siempre tienen los libros de Quesada. "Xente a esgalla, que nos presentó en 1988 Torrente Ballester, batió el récord: 10.000 ejemplares vendidos en dos semanas", recuerda.

La faceta más íntima del humorista la retratan amigos como Magar: "Sus propios chistes delatan cómo es, su simpatía y su retranca y, además, es un gran comedor con quien hemos disfrutado de memorables tertulias". Víctor Viqueira le describe como "un personaje emblemático para toda una generación, que supo acercarse muy bien al pueblo y siempre tenía un chiste que contar". Monseñor Alberto Cuevas destaca cómo, a través de sus dibujos "hemos visto la evolución del ´ser gallego" y asegura sentir como "un honor" ser amigo suyo y de su familia. La pasión por el "Celtiña" la compartía en FARO con Fernando Gallego: "Siempre bromeábamos con eso y, en los bares, sus viñetas eran muy comentadas".

Por su parte, el pintor Antón Pulido destaca el valor artístico de su obra. "Dominaba bien la línea y la anatomía de las manos era extraordinaria", mientras que Pedro Solveira añade: "Es un gran humorista y un grandísimo artista".