"Toda mujer tiene derecho a que la asistan en relación con la última evidencia científica ¿porqué no en el parto? Creo que la asignatura pendiente en nuestro país es que todos los profesionales asistan el parto tal y como dice esa evidencia: que no hay que intervenir si no es necesario y que tenemos toda la tecnología para los partos de riesgo."

La periodista Marta Espar, especialista en temas de salud, lo decía así de claro ayer en el club FARO. "¿Quieres tener un parto feliz", decía el título de la misma. Y para ella hay tres ingredientes para conseguirlo: mucha información, mucho respeto -tanto por una parte como por la otra- y luego, el básico, que te traten según la última evidencia científica.

Presentada por la matrona María Dolores Fernández, una de las preguntas que se suscitaron en su intervención podría formularse así: ¿Qué derechos tiene la mujer embarazada al solicitar cómo quiere que sea atendido su parto? "Derechos tiene todos –afirma ella–. La ley de autonomía del paciente dice clarísimamente que tienen derecho a estar informados de los riesgos, los beneficios y las alternativas de cualquier tratamiento al que se la someta, igual que en cualquier otro servicio sanitario. La mujer tiene derecho a preguntar y, si no está contenta, después tiene derecho a denunciar. Pero creo que, antes de encontrarse en esta tesitura, lo que tenemos que hacer es informarnos. Hablar con el profesional que nos toca y pedirle lo que queremos. Luego, evidentemente, se hace lo que se puede, pero hay que empezar por ser responsables de un evento tan importante como el dar a luz a una criatura".

Poca información

Marta Espar, que tiene en la calle "Los secretos de un parto feliz" en la editorial Grijalbo tras pisar media España en afanoso trabajo periodístico y entrevistar a muchos profesionales, cree que las mujeres a la hora de parir están muy indefensas, tienen muy poca información y la que existe es muy sesgada, " Yo digo que se las infantiliza –afirma– Tú vas a parir, eres una mujer ya de unos treinta años, y cuando preguntas algo normalmente o no te contestan, o no te informan exactamente de qué es lo que te van a hacer".

Espar pone como ejemplo la inyección epidural. "Los libros dicen que bien indicada tendría que ser en el 60% máximo de los casos, que es lo que se hace en los países nórdicos. Pero, ¿por qué en España se pone la epidural enseguida que ingresa la mujer y en más del 90% de los casos? Pues porque no se le ofrecen alternativas para tratar el dolor y no se le informa de sus efectos secundarios".

¿Cuándo debería optarse por un parto normal y cuándo por uno medicalizado? "Todo el debate sobre si un parto debe ser natural o artificial –afirma ella– es una pura tontería, porque habrá una mujer que dirá que quiere tener un parto natural pero luego el dolor la sobrepasará. Y tiene que tener la epidural a mano para ese momento, porque es su derecho. En cambio habrá otra mujer que igual puede parir súper rápido y, como le has puesto epidural ya de entrada, se ralentiza el parto. Se tiende mucho a reducir los debates a "natural contra "artificial", o "medicalizado", o "tecnológico". Y no es eso. La OMS ya dejó clarísimo hace casi 20 años que en el parto normal sólo se debe intervenir cuando hay complicaciones. Pero ninguna embarazada tiene porqué estudiarse la literatura científica sino que es el profesional quien tiene que estar actualizado".

Si sabemos que los partos normales son más del 80%, se pregunta Espar ¿por qué se aplican tantas prácticas clínicas propias del parto medicalizado a casi todos los partos?

La periodista puso otro ejemplo con la administración intrevenosa de oxitocina sintética, utilizada frecuentemente para acelerar el trabajo del parto. "Una revisión de los manuales –dijo– indica que su uso es un método seguro de aceleración pero debe limitarse a los casos de necesidad porque se puede alterar la frecuencia cardíaca fetal. Al aumentar el dolor y el ritmo de las contracciones de forma artificial, puede haber un aumento en la demanda de analgesia epidural e incidencia en la tasa de partos con fórceps o ventosas".