Desde que en 1981 se identificaran en EEUU los primeros casos del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), cerca de 30 millones de personas han muerto en el mundo por causas vinculadas a esta enfermedad, para la que aún no hay cura aunque sí esperanzas puestas en una futura vacuna y nuevos fármacos.

El próximo 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del Sida, que en España ha afectado y afecta a unas 80.000 personas, y que tiene como agente responsable el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Dado que los tratamientos no lo curan y tienen en algunos casos graves efectos secundarios, numerosos científicos, también españoles, tratan de dar con la vacuna preventiva y terapéutica definitiva o con nuevas píldoras menos agresivas.

Es el caso del equipo de investigación de Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), que el pasado septiembre presentó los resultados positivos de un prototipo de vacuna contra el VIH "más potente" que los desarrollados hasta ahora.

La vacuna realizada por el equipo de Esteban y probada en 30 voluntarios sanos, de los que 24 fueron vacunados y seis tratados con placebo, logró que el 90 por ciento desarrollara una respuesta inmunológica específica frente a los antígenos del VIH y el 85 por ciento la mantuviera al menos un año.

"Vamos por buen camino", ha confirmado a Efe Esteban, quien ha detallado que este ensayo se realizó en el Hospital Clínic de Barcelona y en el Gregorio Marañón de Madrid, después de que en 2008 se demostrara la alta eficacia en ratones y macacos.

El prototipo de vacuna, denominada MVA-B, actúa contra el subtipo B del VIH, predominante en Europa, Estados Unidos, América Central y Sur y Caribe.

Inocular la vacuna en voluntarios sanos, como se ha hecho hasta ahora, sirve para "entrenar" al sistema inmunológico para que sea capaz de reconocer el VIH "si se lo encuentra", ha apuntado.

La primera parte de esta fase I, en la que mayoritariamente se ha probado la seguridad de la vacuna e inmunogenicidad, ha terminado y el paso siguiente es llevar a cabo este ensayo en individuos infectados por VIH.

Esto es lo que acaba de poner en marcha la Red de Investigación en Sida en tres hospitales (Clinic, Germans Trias en Barcelona y Gregorio Marañón), bajo la coordinación de José María Gatell.

"Un candidato a vacuna preventiva podría también ser útil como vacuna terapéutica", ha aclarado a Efe Gatell, quien ha afirmado que el objetivo ahora de MVA-B es intentar que no se produzca un rebrote de la carga viral tras interrumpir el tratamiento antirretroviral.

De conseguirse, la terapia -en la actualidad una combinación de tres medicamentos- no tendría que durar toda la vida.

Este ensayo va a tener una duración de seis meses y participarán 30 individuos, 20 serán vacunados y diez tratados con placebo.

En el mundo existen unos 30 candidatos de vacunas que están en fase I (la de seguridad) y cuatro de ellos están más avanzados, entre ellos el prototipo español, según sus investigadores, que no obstante muestran cautela ya que se necesitan más comprobaciones.

Esteban no ha querido poner una fecha a la vacuna definitiva, pero sí ha mostrado su deseo de que en los próximos cinco años se pueda lanzar un ensayo clínico en fase III, con miles de voluntarios en zonas de riesgo para establecer la eficacia vacunal (aún faltaría otra fase más para la comercialización).

Además de en la vacuna, España participa en la búsqueda de medicamentos con menos efectos secundarios.

El pasado año un equipo internacional de científicos, con participación española, diseñó un nuevo fármaco capaz de bloquear con eficacia la entrada del virus del Sida en las células que va a infectar.

Está basado en el derivado de una pequeña proteína que el propio organismo produce, probablemente para defenderse de otros virus.

Tras identificar en la sangre la citada proteína y sintetizarla introduciendo algunas modificaciones (VIR-576), los científicos comprobaron que impedía que el VIH inyectase su propio contenido genético a través de la membrana celular.

Y es que para entrar en la célula e infectarla, el VIH necesita introducir a través de la membrana el extremo de una de las proteínas de su superficie, denominada gp41.

Lo que hace la proteína (VIR-576) es adherirse al extremo de gp41, evitando que ésta entre en contacto con la membrana celular.

Para infectar, el virus tiene que hincar una especie de arpón en la célula y lo que hace este fármaco es envolver la punta de ese arpón, impidiendo así que penetre e infecte la célula.

Guillermo Giménez, del Centro de Investigaciones Biológicas, ha relatado a Efe que ahora se está buscando un compuesto que mejore lo descubierto hasta ahora, haciéndolo "químicamente más pequeño".

Esto lograría simplificar su síntesis, que fuera más soluble en agua, abaratar sus costes y hacerlo más apto para su administración en países en vías de desarrollo.

En la actualidad, según Giménez, la mayoría de los pacientes se tratan con una combinación de tres antirretrovirales y éstos para actuar entran dentro de la célula, con lo que los efectos secundarios son mayores, de ahí la importancia de este nuevo fármaco.

Para acelerar su mejora los investigadores solicitaron a la Comisión Europea financiación en una convocatoria que aún no está resuelta, ha confirmado Giménez.

Para el científico del CSIC Mariano Esteban, en España hay pocos pero buenos grupos de investigación básica y clínica, pero "lo que falta es más apoyo", tanto público como privado.

En este sentido, ha alertado de que se trata de una enfermedad que afecta a todo el mundo, también a España, donde parece que "se ha olvidado su existencia, sobre todo por la gente joven".

Lógicamente, ha subrayado, la crisis afecta a todos, pero "nosotros vamos a intentar continuar".

Esteban ha detallado que el objetivo siguiente es poner en marcha, al mismo tiempo que el ensayo terapéutico en fase I, un ensayo en fase II con mayor número de voluntarios sanos para determinar la efectividad de la vacuna MVA-B en grupos de riesgo

Para esto es necesaria la financiación privada, una búsqueda, ha dicho, en la que también van por buen camino.

Por su parte, Gatell ha constatado que los recursos públicos dedicados a investigación en general y a Sida en particular han disminuido y ha advertido de que la investigación debería verse no como un gasto, sino como una inversión para salir de la crisis.