Un equipo de investigadores del Vall d´Hebron de Barcelona ha identificado el material genético de las células cancerígenas que permite a los tumores malignos crecer de forma descontrolada, al contrario de lo que ocurre con las células sanas. La investigación, coordinada por la doctora Matilde Lleonart, financiada por la Fundación BBVA y publicada en la revista Medicinal Research Reviews, detalla las pequeñas cadenas de material genético denominadas "microARNs" que juegan un papel destacado en la inmortalidad celular.

Según esta investigación, actuar sobre ellos podría tener consecuencias en los avances de la lucha contra el cáncer. Estas cadenas de material genético, llamadas microRNAs –y de función casi desconocida–, son capaces de regular la expresión de otros genes, por lo que la caracterización de estas cadenas abre una vía para erradicar los procesos malignos. Esto se explica porque el bloqueo de su función podría inducir la senescencia de las células tumorales.

El estudio indaga en el envejecimiento de las células y la inmortalidad de éstas, partiendo de la premisa que la característica que hace que las células tumorales sean tan nocivas es precisamente esta capacidad de ser inmortales, ya que no envejecen ni se autoeliminan, contrariamente al comportamiento de las células sanas.

Por eso, las células crecen sin control y son tan malignas, de modo que uno de los retos de este grupo ha sido identificar los microRNAs que hacen posible esta inmortalidad. Actualmente se conoce que más de un tercio de todos los genes de nuestro genoma se regulan mediante microRNAs.

Concretamente, el trabajo del VHIR tiene el objetivo de caracterizar los microRNA terapéuticos para erradicar los procesos malignos, y para ello sus investigaciones están centradas preferentemente en la introducción de la senescencia prematura celular como mecanismo antitumoral. Concretamente, este grupo ha llegado a identificar hasta 28 microRNAs capaces de escaparse de los mecanismos de la senescencia y, en consecuencia, mantener el potencial proliferativo celular y otorgar inmortalidad a la célula.

"La característica más notable de este hallazgo es que los microRNAs específicos de células madre han sido capaces de evadir la senescencia con mayor efecto biológico que el resto de los microRNAs conocidos, induciendo así esta inmortalización", explicó la doctora Matilde Lleonart, coordinadora del estudio. Este hecho, aparte de afianzar la teoría de las células madre tumorales (CSCs, en sus siglas en inglés) como células originarias del cáncer y además responsables de "alimentar" el tumor, plantea un enfoque terapéutico dirigido contra aquellos microRNAs específicos de células madre tumorales CSCs. "De esta forma -añade Lleonart- no sólo seríamos capaces de actuar inhibiendo la capacidad inmortal de las CSCs de dicho tumor ´in vivo´, sino que, además, éstas podrían revertirse a células senescentes".