Medio millón de lectores se quedaron enganchados a su trilogía sobre Escipión el Africano. Por eso no es de extrañar que "Los asesinos del emperador", su nuevo libro, inicio de otra trilogía, esta vez sobre Trajano, el primer emperador hispano de la historia, salga con una tirada de 50 mil ejemplares. El autor presentó en Santiago una obra que, dice, está plenamente "vigente".

–¿Por qué afirma que la obra es plenamente actual?

–Hay muchos paralelismos. Por ejemplo, hace 55 años, los derechos de la gente de origen negra no estaban reconocidos en estados de Estados Unidos, y ahora Obama es presidente. También 55 años antes de que Trajano llegara al poder sus padres luchaban por conseguir la ciudadanía romana. Otro, que estamos en una crisis económica brutal debido a que probablemente la clase dirigente no ha sido muy hábil en controlarla. En Roma Domiciano viene de la bonanza de su padre y quema todos los recursos del Estado, y luego es reemplazado por un austero Trajano que saca a Roma de una crisis socioeconómica y de valores brutal y además, lo hace manteniendo y activando políticas sociales.

–¿Quién sería el Trajano de hoy? ¿Merkel?

–Un Trajano nos vendría bien a España y a la Unión Europea. pero creo que Merkel no está a la altura. Quizás le faltó visión y está más preocupada por el corto plazo. Pero los políticos lo tienen complicado porque las elecciones dificultan esa visión de futuro.

–Estados Unidos, ¿sigue siendo el gran imperio? ¿O ya es China?

–Estados Unidos sigue siendo Roma. Lo que no sabemos es si en la época altoimperial o bajoimperial. China es el equivalente a Partia, que durante siglos desestabilizó a Roma sin llegar a erigirse en su sustituta. No sé si China reemplazará a Estados Unidos o solo será un elemento desestabilizador desde el punto de vista de que está construida sobre cosas que no se sostienen a largo plazo. Porque no se puede tener una dictadura supuestamente comunista que practique el capitalismo más bestial que ha existido nunca, con una costa con ciudades de ciencia ficción y millones de pobres en el interior. No es sostenible. Lo que pasa es que los chinos son gente paciente y aguantan, pero si se enfadan, se enfadan mucho. No sé si los chinos aguantarán y veremos qué pasa.

–Un escritor como usted, dentro de 20 siglos, ¿en qué personaje de la historia reciente se fijaría? ¿O no dan la talla?

–Es difícil, pero los que construyeron la Unión Europea creo que son modelos a seguir porque, con los problemas que hay, no hemos tenido guerras mundiales en mucho tiempo. Es mejor la peor y más problemática de las Uniones Europeas que cualquier guerra. No obstante, tiene problemas terribles. Hay cosas que, si conocieran la historia, ya sabrían. Hablo de Grecia, que ya quebró cinco veces en su historia. No es nuevo. Vale meter a Grecia en el euro, pero quebrará, porque siempre quiebra. Había que habérselo pensado porque eso iba a pasar. Claro que también hay que decir que si los museos alemanes, o el British Museum o el Louvre le pagara a Grecia todo las piezas que provienen de ahí al precio de la galería Christie´s, probablemente subsanaran su quiebra.

–En su Roma no solo hay palacios, también alcantarillas...

–Sí, y a veces desde las alcantarillas puede venir la gente contra ti. Los emperadores romanos sabían que había que dar a la gente pan y circo, pero los gobernantes muchas veces a lo largo de la historia se olvidaron de una de las dos cosas, normalmente la primera, y por eso hubo una revolución francesa, por ejemplo. Ahora también, con todo el paro que hay, los gobernantes tienen que preocuparse de que la gente esté razonablemente atendida, y creo que ha habido cierto fallo.