Emilio Duró es ejecutivo de varias empresas. Un señor con traje dedicado profesionalmente al mundo financiero y comercial hasta que hace dos años ofreció una conferencia a un grupo de pequeños comerciantes sobre cómo afrontar la crisis. No habló de números, sino de actitudes ante la vida, de optimismo y felicidad. Lo hizo con un lenguaje coloquial y desenfadado. Tanto que cuando alguien colgó la grabación de su charla en youtube se convirtió en un fenómeno mediático. Desde entonces, imparte conferencias y cursos hablando de la felicidad. "Ni yo mismo entiendo mi éxito porque la verdad es que siempre digo lo mismo y tampoco tengo demasiadas cosas que decir", afirma Duró.

–¿Qué es lo que transmite para que tanta gente quiera escucharlo?

–Pues que somos personas normales en un mundo normal. Todos aspiramos más o menos a lo mismo. Hay cuatro o cinco claves con las que si te equivocas puedes perjudicar seriamente tu paso por la vida. Son premisas que quizá yo he sabido plasmar de alguna forma que ha llegado a la gente normal, a la gente como yo, que un día está feliz y se come la vida y otros días no y la vida te come a ti.

–¿Es un buen momento, en plena crisis, para ser emprendedor?

–Vivimos en un mundo que es el mejor posible. Vivimos mejor que nuestros padres o nuestros abuelos. Tenemos más que nunca y la gente está más triste y más ansiosa. Yo creo que todo lo que ocurre en la vida tiene un por qué, aunque no siempre lo descubramos. Mi mensaje es el de concienciar a la gente de que vive en el mejor mundo posible, que nunca hemos vivido mejor que ahora y que la gente optimista rinde entre el 65 y el 100 por cien más que el resto. Y además lleva una vida en general mejor que otras personas e incluso vive más.

–¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?

–Hemos dado a los niños una educación básicamente racional, pero nadie nos ha enseñado las cuestiones emocionales. Fracasamos en la vida por golpes emocionales, como una enfermedad, un divorcio, que tu hijo no estudie... Cuando una persona pierde el trabajo pero tiene una familia que le quiere, se ha cuidado físicamente y tiene una armonía, saca fuerzas de flaqueza. Es preciso que nos reeduquemos porque el problema grave que tenemos es que vamos a vivir, en vez de 25 o 30 años, casi cien. O enseñamos a la gente a vivir cien años con ilusión, pasión y entusiasmo o lo vida será una montaña.

–El ambiente no es muy optimista.

–Eso es un error. La felicidad no depende de las circunstancias, depende de ti. Tenemos que cambiar las creencias. Tú diriges tú vida y puedes decidir cómo aceptar la vida o reaccionar ante ella. Tenemos la mala costumbre de llorar y culpar a los demás, a la sociedad, al entorno... Por ejemplo, hay mucha gente que entró hace años en un trabajo y dejó de formarse. Ahora quiere empleo fijo, pero la sociedad no es responsable de su abandono. Es como cuando te propones conquistar a tu pareja y cuando ya la tienes te pones los calzoncillos y la camisa vieja porque estás más cómodo. Sabemos conquistar, pero no mantener. Ese es el problema.

–¿Cómo sobrevivir a la crisis?

–Ante la crisis van a sobrevivir aquellos que resistan y para resistir no sólo hacen falta conocimientos técnicos, has de tener fortaleza emocional. Una de las principales causas de enfermedad es la depresión y la depresión, a veces, tiene una causa que es la alexitimia, la falta de contacto físico. Todos somos iguales y el éxito se puede copiar. Por lo tanto podemos aprender. Yo intento transmitir la idea de que la gente que triunfa en la vida tiene optimismo y que la personalidad, en lo que se refiere a la felicidad, se forma a los 3 ó 4 años. Hoy es el mejor momento de tu vida y a partir de aquí irás a peor, porque la genética no está para vivir cien años. Por eso, gran parte del rendimiento de las personas vendrá del deporte. El problema que tenemos no es poner años a la vida, sino poner vida a los años.

–¿Qué le diría a alguien que se acaba de quedar en el paro?

–Lo primero que debe hacer es ponerse en forma. Si durante un mes se machaca con deporte se sentirá mejor, tendrá más oxígeno, aumentará su autoestima y tendrás más fuerza mental para afrontar la vida. El cuerpo es el templo del alma. Si te abandonas, si no te cuidas, es que no te quieres y el cerebro es listo.

–¿En qué parte del ser humano está la felicidad?

–Tenemos tres cerebros, el reptiliano, que se encarga del cuerpo físico; el límbico, que se encarga de las emociones y el córtex, que se encarga de la razón. El límbico es el emocional. Hay una parte genética, tanto física como psíquica, con la que no se puede hacer nada. Eso marca, evidentemente. Pero hay formas para desarrollar nuestro cerebro límbico. Los humanos llegamos a la vida sin saber sobrevivir y empezamos a aprender por imitación. Por eso la familia es tan importante. Un segundo momento clave es la adolescencia, un momento en el que te desenamoras de los padres y te enamoras del jefe de la pandilla. El tercer momento clave es el primer jefe. Un buen jefe hace mejores empleados y un jefe negativo o triste, hace empleados negativos y tristes. Pero las emociones, la forma de ver la vida, las actitudes se forman hasta los cuatro o cinco años. Después es difícil modificarlo. Todos tenemos un nivel de felicidad que viene marcado por la genética y por la vida que hemos llevado.