El CERN sigue intentando revelar qué ocurrió en los primeros instantes posteriores al Big Bang a través del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Y un equipo de gallegos, del Grupo de Investigación de Altas Energías de la Universidade de Santiago, está aportando su granito de arena. Es más, un gallego –compostelano, para más señas–, Abraham Gallas Torreira, ha sido designado responsable del Silicon Tracker, uno de los detectores que componen el experimento LCHb –uno de los seis que se desarrollan en la actualidad en el LHC–.

La llamada "máquina de Dios", puesta en funcionamiento en 2010 para acelerar y colisionar partículas, no solo busca capturar la esquiva partícula conocida como bosón de Higgs, sino también encontrar nuevas partículas más allá del Modelo Estándar –la teoría que en la actualidad describe las partículas fundamentales y sus interacciones–.

Para la física, las aportaciones del Silicon Tracker son fundamentales, ya que podría aportar nuevas pistas sobre por qué el Universo está formado de materia y no de antimateria. "Los resultados pueden tener implicaciones para la cosmología, porque se sabe que en el comienzo, después del Big Bang, materia y antimateria estaban en equilibrio. En un momento dado, este equilibro se rompió y predominó la materia sobre la antimateria, y por eso hoy estamos hechos de materia", explica Gallas Torreira. "Esta podría ser una de las preguntas que se podría responder con este experimento", enfatiza.

El Silicon Tracker ( "rastreador de silicio", en la traducción al castellano), "clave para el experimento LHCb", es un instrumento muy preciso –su coste lo avala, ya que supera los cuatro millones de euros– que fue diseñado para detectar los rastros dejados por las partículas cargadas cuando pasan a través de las pequeñas tiras de silicio que lo componen. Los datos obtenidos permitirán dirimir si existe "una nueva física más allá del Modelo Estándar". "Porque hay cuestiones en este modelo para las que aún no tenemos una respuesta", explica Gallas, entre ellas "cuál es el origen de la casa". "Precisamente", destaca, "uno de los motivos de la construcción del LHC fue tratar de hallar la partícula responsable de la masa de las partículas, el bosón de Higgs". "El LHC está funcionando muy bien", afirma.

Gallas y el resto de los investigadores gallegos no estarán solos en su búsqueda. En el subdetector colaboran, además de la Universidade de Santiago, la la Universidad de Zurich, la Escuela Politécnica Federal de Lausanne y la Universidad de Heidelberg. En total, una treintena de personas, entre científicos e ingenieros. Y es que, como subraya Gallas, la aportación gallega no reside solo en hacer las preguntas adecuadas, sino en construir "un instrumento de medida que no existe" para responderlas.

El investigador compostelano recuerda que, a pesar de que llevan poco más de un año realizando experimentos y supuestamente el proyecto seguirá hasta 2018, aunque "con paradas técnicas", los investigadores intentarán afinar el detector un poco más. "Nada más empezamos el experimento y ya estamos pensando en mejorarlo. Queremos tomar datos a una velocidad diez veces más elevada que lo que se hace ahora", señala.