Cuando el calor aprieta, armarse de sombrilla, toalla y fanequeras con el fin de adentrarse en las, a menudo masificadas, playas no es plato de buen gusto para todos. Precisamente por este motivo son muchos los que eligen a la piscina como la mejor alternativa al baño en el mar. Pero mantener estos espacios en buenas condiciones precisa de un meticuloso cuidado. Antón García, gerente del laboratorio Laber-Microal, insiste en la importancia del tratamiento químico de estos lugares de recreo tan típicos en el verano.

–¿Qué niveles de cloro son los adecuados en una piscina?

–Se sitúan como máximo entre 1,2 y 1,4 y como mínimo entre 0,6 y 0,8. Normalmente dependen del valor del pH. Para pH inferior a 7,4 los límites que se permiten en Galicia son entre 0,6 y 1,2 de cloro libre residual, y para superior a 7,4 permiten hasta 1,4 de cloro.

–¿Se ven afectados estos niveles por los cambios atmosféricos?

–Sí, los niveles de cloro varían según la incisión del sol en el agua.

–En lo referente al pH también hay unos parámetros establecidos. ¿Cuáles son?

–Normalmente los mínimos y los máximos establecidos son como mínimo un 6,8 de pH y como máximo un 8.

–¿Qué métodos se emplean para su mantenimiento?

–Los pH los tienes que mantener, tanto sea una piscina pública como privada. Normalmente todos los equipos llevan unos lectores que adecuan el pH de la piscina. Si es por exceso añaden un ácido y si es por defecto añaden alguna sosa. Tanto el pH como cloro se miden a diario.

–¿Qué factores pueden provocar la irritación de la piel o los ojos en los bañistas?

–Los altos valores de pH y cloro pueden producir irritaciones en las mucosas y en los ojos. Al contrario igual, un pH muy bajo implica que el agua está ácida y, por tanto, afecta fundamentalmente a encías y dientes.

–¿Qué efectividad tienen las depuradoras en la eliminación de residuos que puedan enturbiar el agua?

–La depuradora normalmente filtra las partes orgánicas que después se pueden descomponer en el agua, variando así los parámetros de amonio. La efectividad más que de la depuradora depende del método de desinfección. No es lo mismo desinfectar el agua con cloro, con dióxido de cloro, con bromo o con métodos físico químicos.

–¿Existen tratamientos específicos para evitar la acumulación de algas en el interior de las piscinas?

–Existen distintos métodos algicidas que eliminan los nutrientes de las aguas para que las algas no nazcan. Lo que normalmente se utilizan son productos antialgas que actúan cada vez que se renueva el agua de la piscina. Si ya tienen algas, utilizan, por ejemplo, un coagulante y un fluculante para eliminarlas y que vayan hacia el fondo, donde son eliminadas con un limpia fondos.

–¿Es posible emplear otros productos que no sean derivados del cloro?

–Sí. El hipoclórito de sodio, el bromo, la luz ultravioleta o tratamientos más complicados como los de electrodos. Aún así, los electrodos, siguen siendo un método bastante bueno en piscinas domésticas, no son válidos para públicas porque superarían los niveles de conectividad que exige la normativa gallega, es decir, por debajo de 1700 microsiemens.