Galicia fue algo así como El Dorado durante la II guerra mundial gracias al wolframio. Familias enteras se echaron al monte armadas de picos, palas y barrenos para arrancar de las entrañas de lugares como Noia el preciado mineral que saciaba el hambre armamentística de los alemantes en la contienda. Ambientada en la época del “oro negro” que fue extraído durante los años cuarenta de forma clandestina en Galicia, Héctor Carré acaba de obtener el quinto Premio Fundación Caixa Galicia de Literatura xuvenil que organiza Xerais con “Febre”.

-En mayo acabó de rodar su última película. ¿No para?

-Teniendo en cuenta que la novela no la escribí este mes... Pero sarna con gusto no pica.

-Pero su novela “Diario do impostor” es de 2007, ¿cuántas horas le dedica al día a su trabajo?

-Entre ocho y nueve horas al día. Pero pasé dos años trabajando seguido, sin descansar ni sábados ni domingos. Si no era por una cosa, era por otra... También trabajaba para una serie de televisión.

-Habla de Libro de familia y Matalobos que, por otra parte fueron éxitos de la TVG. Ahí estaba su pluma...

-Yo no soy el responsable de estilo de esas novelas, soy uno de los muchos guionistas, es un trabajo en equipo.

-¿Sería posible que esta historia premiada, “Febre”, se trasladase a la pantalla?

-Claro. Yo comencé pensando en rodar, pero es una historia de época con bastante acción, decorados, figuración y efectos especiales y no sería fácil por la financiación si no eres un director famoso. Sería una película de tres millones de euros... Así que decidí escribir una novela y a ver si más adelante se puede hacer la película. Me encantaría rodar esta historia.

-Creo que la inspiración para su novela nació de sus recuerdos. Cuando era chaval ¿escuchó muchas historias que comenzaban diciendo “en los tiempos del wolframio”?

-Es la razón por la que escribí esta historia. Desde pequeño, yo tenía la duda de qué pasaría en los tiempos del wolframio, porque las historias que me contaban eran increíbles, como las películas del oeste. Y decidí investigar lo que había pasado realmente, y descubrí que, efectivamente, eran increíbles.-Así que detrás hay una labor de investigación. ¿Alguno de los hechos que se relatan son ciertos?

-Muchos de los acontemicimientos que se cuentan en la historia son absolutamente reales. Se hizo una especie de entramado industrial que tenía varias empresas que explotaban legalmente la minería en Galicia. Lo que ocurre es que no les llegaba con el wolframio que llegaba. Como España era neutral, no se podía ayudar en la guerra. Parte del wolframio llegaba de Portugal y luego mucha gente sacaba ilegalmente wolframio de las minas y andaba con las cestas por el monte arramplando con las vetas que pillaba. Luego lo vendía ilegalmente y los alemanes lo compraban bajo cuerda.

-Y algunas de esas minas siguen ahí.

-Sí, como Lousame en Noia. Nosotros hoy al wolframio le llamamos tungsteno y solo se usa en los filamentos de las lámparas incandescentes. Pero de las aleaciones de acero que lograron los alemanes, consiguieron un material más resistente para las armas. Los ingleses nunca supieron usarlo pero lo compraron para hacer que el precio subiera. Especularon para que los alemanes entrasen en bancarrota. El precio pasó de 13 pesetas el kilo cuando comenzó la guerra a las 300 pesetas en dos años. Una veta pequeña de piedra hallada en el monte de 2 kilos podía dar para comprar dos casas.-¿Así que hubo quien se enriqueció mucho en ese momento?

-Muchísimo. Hubo muchas familias ricas de Galicia que forman parte de ese momento. Hubo mucha gente también que ganó dinero y lo perdió. Corría dinero. No había una sola cama de alquiler en pensiones en zonas como Noia y muchos residentes extranjeros.

-Ahí entra la protagonista de la historia, Carmucha, que es una chica rebelde de 17 años que quiere dejar su trabajo por el estraperlo y hacer una escuela.

-Era una mujer que no aceptaba estar bajo la tutela de un hombte. Se rebela contra su padre y decide dedicarse al negocio de contrabando de wolframio. Decidí dedicarle este personaje porque muestra la evolución de la mujer en la sociedad y la libertación de la tutela masculina.

-¿Existe alguna similitud en su labor de creación, bien sea audiovisual o escrita?

-Hay bastante relación. Desde principios del siglo XX hubo un principio de interiorización de la narración, pero ahora se está volviendo mucho a la novela narrativa, que cuenta una historia.

-Trabajó con diversos directores españoles... ¡y con Spilberg en Indiana Jones!

-Trabajé como ayudante de dirección en la organización del rodaje.Trabajar en esta clase de películas tan grandes lo que me dio fue una gran capacidad técnica que una vez que trabajé como director me valió para optimizar los recursos y sacarle el máximo partido posible a los medios.

-¿Qué opinión tiene sobre las descargas por internet?

-Que el acceso a la cultura será cada vez más por internet, pero no gratis. Habría que regularlo de algún modo ya que nadie protesta porque la gasolina sea gratis, o la comida.