"En la vida nadie nos va a querer más que nosotros mismos. Pero a veces parece que mandamos a vivir a Sebastopol al que vive dentro de nosotros", decía ayer en el Club FARO la coach personal (anticoach, dice ella) y articulista Rosetta Forner.

Presentada por la psicóloga y gerente de Alborada Pilar Álvarez Ilarri, esta ex publicista soltó amarras y desarmó a la audiencia antes incluso de hablar su presentadora. Rosetta Forner sacó una varita mágica en el bolso y empezó a tocar con ella las cabezas del respetable, recorriendo todas las filas del patio de butacas y dando la bendición "para que hagáis todo lo que os salga de la varita". Y es que ella dice que hay mucha mediocridad en el "coach" y prefiere aparecer como "hada madrina".

Roto cualquier clima convencional, superado todo protocolo, predispuesto ya el público hacia ella, habló ya sin guión alguno, dejándolo todo al albur de su espontaneidad y tocando muy diversos temas con ánimo de levedad, diversidad y alegría, o sea, sin ánimo de dar la vara profundizándolos. Y definió algunas de sus creencias: "Yo creo que somos seres espirituales que venimos a vivir una vida humana. Creo en cosas como el alma y en que aquí venimos a ser felices y que si nos la acaban dando con queso es porque nos autoengañamos".

"Aquí se odia la brillantez y se premia la mediocridad, se lleva ser políticamente correcto, la mediocridad a gran escala, la esclavitud social". Otra idea de Forner, que también resalta la necesidad de querernos a nosotros mismos. "En la vida –afirma– nadie nos va a querer más que nosotros mismos. Deberíamos recordar: ´Soy lo mejor que me ha podido pasar´. Ergo, solo tendrías que rodearte de otros que piensen y sientan como tu, así podrás sentirte en casa, arropado, respetado, amado, y compenetrado con los de tu propia manada. Todo lo demás son fantasías animadas de ayer y hoy. Nadie, excepto tú, es la persona más importante e imprescindible de tu vida. Solo los que se aman son capaces de amar a otros por quiénes son: relaciones de alma a alma. El resto, los del Club del Redil, ´aman´ a otros o lo fingen, en base a lo que puedan sacar de ellos, ya sea fama, dinero, relaciones, poder, ´cosas´, compañía y otras cositas varias".

El Club del Redil es un recurso habitual de Forner. Ella afirma que "en este CdR (Club del redil) que es la sociedad hay mucha falsedad, mucha mediocridad y mucho empeño en disimular el alma, ergo mucha gente se ha vuelto humanoide y se siente perdida. En lugar de buscar la salida, sacudirse los disfraces de encima y dejar de contarse milongas, prefieren refugiarse en multitud de distracciones. .. La gente, la mayoría, se ha desconectado de su alma".

"Damiselas de diadema floja". Otra construcción de su inventario verbal. "Me refiero a una especia abundante de mujeres que siempre echa la culpa de sus males a los hombres aunque no pueda vivir sin ellos a veces usándolos como cubos de su basura emocional. .. Piensa Forner que, por el contrario, las damiselas de floja diadema se creen muy liberadas porque van de ´cama en cama de olvidable despertar´, se quejan de los ´techos de cristal´ y siguen sin asumir la responsabilidad de sus vidas porque antes que madurar, desplegar su inteligencia (en todos los sentidos), y usar sus capacidades para asombrar al mundo con su luz, se limitan a quejarse, emparejarse, alelarse y a veces todo junto "Las damiselas han de madurar, dejar atrás la adolescencia disfuncional, asumir que nadie les hace nada que no permitan ellas.

Otro concepto suyo. Para Forner, la crisis sustancial de hoy tiene que ver con el alma. Es una crisis interna porque solo nos sentimos ricos por lo exterior "En demasiadas ocasiones, las ilusiones e ideales se van desvaneciendo, apagados por una sociedad en la que nos dejamos llevar. Solo tenemos que mirar hacia dentro y volver a descubrirnos".