La exposición "Casus Belli" que acoge el Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela realmente está siendo campo de batalla. Primero desató la "indignación" entre algunos sectores sociales que se mostraron "ofendidos" ante algunas piezas que se muestran, según denunció el PP local. El "Cristo das Rías Baixas", del artista pontevedrés Manuel Moldes, que muestra a un crucificado al revés y un retrato de Pacheco fueron la diana de las críticas en fechas previas a Semana Santa y cuando se cumplen 800 años del aniversario de la catedral.

En especial, el Cristo de Moldes hirió la sensibilidad del Arzobispado de Santiago, que mostró su desagrado incluso por escrito por la exposición, tachándola de "capaz de ofender la sensibilidad religiosa" de los creyentes. Incluso emitió un comunicado en que mostró su rechazo "a la exhibición de algunos cuadros que no representan con la debida dignidad la persona de Jesucristo".

Luego el líder del BNG a la Alcaldía, Rubén Cela, calificó de "inquisitorial" la postura del PP y reprochó la polémica suscita como "un conflicto particular".

De momento, sigue colgada en el Auditorio de Galicia, pero ya fue objeto de censura en la Bienal de Pontevedra hace 26 años.

El autor se sorprende

La exposición "Casus Belli" aborda precisamente los conflictos que se crean en la percepción de las obras por parte del público debido a causas como la censura o el choque con las prescripciones morales de la época. Por eso fue de nuevo citada la obra, cuyo el autor se mostró soprendido por una nueva polémica.

FARO contactó ayer con el artista pontevedrés Manuel Moldes (1949), que asegura que el cuadro refleja "el hecho dramático de la crucifixión, que una sociedad nacida dentro del orden católico interpreta hoy desde el sentido religioso". Según su visión "en aquel momento estaba pensando en una crucifición, no es que sea la figura de Jesucristo, sino una persona crucificada". La obra fue pintada hace 26 años, asegura.

Con respecto a la desnudez del supuesto Jesucristo, Moldes explica: "Estaba empezando a trabajar en el cuadro y en un momento determinado, pensé en colocar un velo en los genitales. Hay un boceto de este cuadro en el que está con un paño, Pero durante la realización y el proceso de realización, ví que adquiría una potencia y dignidad mayor. No vi ningún problema por mostrar los atributos masculinos. No pensé que iba a molestar, desde el hecho de la pintura", asegura. En cuanto a los motivos de la cruz invertida, Moldes aduce motivos técnicos: "La planteé hacia abajo para generar una diagonal de derecda a izquierda, por cuestiones de repartición del espacio". A la pregunta de si le beneficia o perjudica esta polémica, el autor responde tajante: "A mí quiero pensar que ni me perjudica ni me beneficia. Como hombre de la pintura me interesa el discurso pictórico y que las críticas se hagan por esta razón". De momento, el cuadro es de su propiedad y no tiene pensado ponerlo en venta.