El Clube Espeleolóxico Maúxo (CEM) se fundó en 1992 con un único objetivo: investigar en profundidad las cuevas do Folón, en Coruxo. Sin embargo, con el tiempo, los doce miembros iniciales de la entidad fueron ampliando su actividad a otras grutas de la zona sur de Galicia y tierras do Courel, en Ourense. La relevancia de sus hallazgos así como la divulgación de sus estudios en distintos simposios fuera y dentro de nuestras fronteras ha llevado a la comunidad científica internacional a interesarse por las estructuras graníticas do Folón y A Trapa, en el monte Aloia.

"Estas cuevas tienen gran valor científico porque no son tan comunes como las que se forman en terrenos calizos y suelen ser de pequeñas dimensiones. Sin embargo, la de A Trapa supera los 1.200 metros y la do Folón, los 900", precisa Xavier Groba, Secretario del club desde 2007. El espeleológo destaca que en otros países, como Suecia y Estados Unidos y Alemania, hay grutas de características similares que despiertan el interés de investigadores y ecologistas.

Entre estos expertos, geólogos de la NASA vendrán a hacer un muestreo de los fósiles hallados en la gruta del monte Aloia para arrojar más información a la investigación que llevan a cabo desde hace años con el objetivo de estudiar la vida en Marte a través de condiciones similares en la Tierra. El contacto entre este organismo y el CEM se remonta al simposio que organizó el club en Tui, en 2007. A la conferencia asistió la profesora e investigadora de la NASA Penelope J. Boston, quien ya se interesó en su día por las cuevas do Folón.

Especializado

El CEM es una entidad privada sin ánimo de lucro y, a diferencia de otros clubes espeleológicos, está especializado en investigar cuevas, no en explorarlas con un fin deportivo o turístico. "No nos dedicamos profesionalmente a ello", apunta Groba. Aunque algunos se conocieron en la universidad, la mayoría de los integrantes del club provienen de profesiones muy dispares (ingenieros, peones de obra, un musicólogo...) y está conformado tanto por hombres como por mujeres y todos tienen algo en común: trabajar por amor al ´arte espeleológico´. Y lo hacen cuando disponen de tiempo, generalmente durante sus vacaciones.

"Los conocimientos los hemos adquirido con el tiempo a través de bibliografías, consultando a expertos, asistiendo a conferencias especializadas y estableciendo contactos con otras personas interesadas en la espeleología, asegura Groba, que añade: "Cada uno aporta lo que sabe. Marcos Vaqueiro, el presidente del club está especializado en Geología; Tereixa Otero, en Etnografía... Somos un equipo de trabajo que vamos aprendiendo poco a poco".

Desde 2006, su labor ha ido más allá. Ese año, el Clube Espeleolóxico Maúxo firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto Universitario de Xeoloxía ´Isidro Parga Pondal´, de la Universidade da Coruña para trabajar en la cartografía geomorfológica de varias cuevas, dentro del proyecto de reconstrucción paleoambiental de la Serra do Courel durante las épocas glaciares. Esta investigación, coordinada por el profesor Juan Ramón Vidal Romaní, catedrático de Geodinámica, permitió al club a acceder a análisis que, de otra forma, no podrían.

Con este proyecto en marcha y tras dos décadas fructíferas de investigación, desde el CEM reclaman más sensibilidad para con las cuevas. "Tenemos que preservar y poner en valor el patrimonio que tenemos, no solo el natural, también el arqueológico, el musical... Que no tenga que venir alguien de fuera a valorar lo nuestro", concluye Groba.