3 - Domingo La bolsa o la Esteban

Telecinco ha pasado un momento bursátil delicado. La semana pasada la cadena tuvo un achuchón pero luego empezó a remontar. ¿Que por qué les hablo aquí de la Bolsa? No soy yo, que es la prensa económica. Desde que El Economista contase que los últimos rumores acerca de que Belén Esteban pudiera estar replanteándose su futuro televisivo y marcharse a casa -al bar de Fran no, porque Fran está de año sabático- habrían podido causar la desgracia de Paolo Vasile, todo el mundo estaba en un ay. Pero no hay cuidado, porque Belén está de vuelta (y media), tras un paréntesis de casi un mes, seguramente con un contrato nuevo bajo el brazo que brilla más que el sol y, a decir de muchos, más que la nómina de Zapatero, ahora en tiempos bajos. Pero la estrella siempre amaga y siempre reaparece. Y reaparece a lo grande. Un viernes por la noche, que es el día y hora de emisión de Sálvame deluxe. Como alguien apunta, con buen tino, a ella todo (lo que se puede contar, que es todo) le pasa en viernes. La princesa del pueblo se alza así con un nuevo título, el de “cisne negro” -ni Natalie Portman, vamos- que es como denominan los brokers a los tsunamis que remueven el mercado. Eso le pasa a Vasile porque no la escucha como debiera, porque de macroeconomía no sabrá pero mira que lo deja clarito una y otra vez, que la Esteban habla y sube el pan.

4 - Lunes Para besarte mejor

Gerard Piqué anda en boca de todas las afiladas lenguas del mundillo rosa. Mejor dicho, es la boca de Piqué la que anda. No pienses mal, Shakira. El último runrun es que el jugador del Barça podría haber inyectado colágeno en sus labios. Para besarte mejor, Shakira. Lo ha contado Marta Cibelina en su blog de QMD. Asegura, la muy cibelina, que lo ha comprobado empíricamente, comparando fotos. Del antes y el después. Las hemerotecas, las videotecas y las reposiciones es que hacen mucho daño (¿no han visto a la Elsa Pataky de Al salir de clase en Divinity?). “Un perrito caliente doble sin pan”. Eso le parece la boca de Piqué a la bloguera. Y relaciona los pinchazos con la exclusiva del beso. Y su falta de pasión, que era un beso flojo, como de pez, sobre todo para ser el primero (el primero de cara al mundo, que los demás, en un orbe mediático, es como si no existieran hasta que alguien los tuitea). La cibelacción ha provocado reacción. Que si lo ha hecho por amor, que si lo ha hecho por su incipiente carrera de modelo, que si mentira cochina que no lo ha hecho... Shaki sabrá.

5 - Martes “My taylor is rich”

La princesa Letizia ejerce. Su profesión de princesa. Acude a un acto. Sola, sin el príncipe. Las revistas del corazón, que están como locas con ella, le alaban el gusto: preciosa sahariana de ante color topo, pantalón marrón chocolate y cómodas bailarinas. Pero Jaime Peñafiel, no. Peñafiel, sentado en el sillón rojo de película porno de los 70 en palabras de Jorge Javier, destaca, uno, que ha perdido en lectura, que leía mejor en los telediarios. Dos, su mal inglés. Sostiene que, con Camila en la ONCE, se giró a Esperanza Aguirre -que esa sí domina la lengua de Shakespeare según Peñafiel- para aclarar “Columbus es Colón”. Y se quedó tan ancha, remata. Y da igual que desde el coro le corrijan. Que Letizia sabe inglés desde hace la pila de años, que con la de Cornualles charlaba como si nada... Da igual. Él a lo suyo: Columbus... ¡menuda lección de inglés! Peor que el My taylor is rich de Los Toreros Muertos.

6 - Miércoles Pepín y Rosa

Pepín y Rosa son afortunados. Dos burros afortunados. Vivirán a cuerpo de rey. Bueno, de duque. Cayetana Fitz-James Stuart y Eugenia Martínez de Irujo les amadrinan. Se los llevarán a a las fincas de la Casa de Alba. No todos los burros tienen tanta suerte. Ojalá más pueblos siguieran el ejemplo de Rute (Córdoba). En Rute ocurren cosas curiosas. Por ejemplo, a los burros los bautizan con anís. En el pueblo tienen un museo del anís. Y un museo del chocolate y del mantecado. A la duquesa de Alba la han convertido en estatua de azúcar y una cabra se empeñó en comerse su ramo de flores. Pero ahí no acaba la cosa. Rosa, la burra Rosa, es hija de Camila. Camila se llama así porque así la bautizó -imagino que con anís- Camilo José Cela en su día. No por Camila, la esposa del príncipe Carlos, que estuvo hace nada en Sevilla con Cayetana de tablao y también amadrinó y bautizó, pero no un asno, sino un perro de la ONCE en compañía de Letizia. Camila, al can, lo llamó Columbus, por Colón. Y algunos medios saltaron, alarmados, ¡no le ha llamado Charles (por Carlos)! Tampoco la duquesa eligió el nombre de Alfonso, por Alfonso. Si lo hubieran hecho, las habrían malinterpretado. A todo le sacan punta.

7 - Jueves Realeza y poder, bajo coste

Son tiempos de cinturones -y toisones- apretados. De sujetarse la banda con imperdibles. Por eso no debe extrañarnos ver a la princesa Letizia con un vestido de bajo coste. Con el riesgo consiguiente. El de verse en las revistas junto a Belén Esteban y las dos exactamente con el mismo modelo. Tampoco debe parecernos raro ver a los príncipes de Gales de tapas en el mercado de San Miguel o al primer ministro británico David Cameron y su mujer Samantha casi de “mochileros”. Volando en low cost y pateando las calles bajo el sol de Andalucía (y sin sombrilla). Pero, bueno, es que -seguridad aparte- se lo pagan de su bolsillo.

8 - Viernes Yerbabuena

La Dehesa Yerbabuena es “una increíble finca con unas instalaciones magníficas para la organización de una boda”. Cuenta con decoración taurina (por Ortega Cano) y un escenario en forma de piano de cola (por Rocío Jurado). La dehesa se mantiene, entre otras cosas, de la organización de bodas, bautizos y comuniones. En Yerbabuena se casó, en 1995, la más Grande con su Jose y, solo un año después, la hija de la más grande con Antonio David. Ahora, hace lo propio la sobrinísima de la Jurado. Rosario, Chayo, Mohedano tiene en común con su tía el representante y en común con su prima el embarazo. Una boda así, anunciada vía exclusiva y amplificada a golpe de escándalo en programas varios del cuore, llega con mucho ruido mediático, pero llega. Dicen que Rocíííto, perdón, Rocío Carrasco, exclamó ¿Es que no tenías otro sitio para casarte? Pero, al fin y al cabo, una boda es una boda y a Ortega, aunque le haya hecho precio de familia, siempre le vendrá bien. Y más si sale en ¡Hola