Absurdo o ridículo. Así tildan profesores, directores y padres de alumnos el anuncio realizado ayer por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de que esta región contará desde el próximo curso con un Bachillerato de Excelencia –con centro, programa y profesorado propios– para los 80 o 100 alumnos que hayan obtenido los mejores resultados en la ESO –con una media de nota mínima de un ocho–. La noticia se ha encontrado con la unánime oposición de las asociaciones de padres de alumnos, sindicatos de profesores y directores de centros públicos tanto de Madrid como de Galicia.

Este Bachillerato de Excelencia, al que tendrán acceso directo los 25 alumnos de la ESO que hayan recibido el Premio Extraordinario en Secundaria y que se completará con estudiantes con mención honorífica supone, en opinión de los representantes de padres y profesorado, una segregación del alumnado "innecesaria y contraproducente" para el sistema educativo que nada o poco tiene que ver con primar la excelencia y el talento de los alumnos.

"En lo que hay que invertir no es en un centro exclusivo para separar a los más listos de los menos listos, sino en quienes no alcanzan esas notas tan altas, dotando a los centros públicos de profesores de apoyo para igualar el nivel de todos los alumnos", manifestó Virgilio Gantes, presidente de la Confederación de Asociaciones de Padres de Padres de Centros Públicos (CONFAPA) de Galicia.

En opinión del representante de Confapa, es contradictorio que una comunidad disgregue a los alumnos en función de la media de sus notas cuando los niños de altas capacidades continúan sin estar debidamente atendidos en el sistema educativo. "Estos niños tienen una serie de necesidades educativas que habría que cubrir con cursos de altas capacidades, para motivarlos y evitar que pierdan el interés por el colegio, pero no que haya un bachillerato para quienes sacan un diez para atiborrarlo para que saque siempre dieces y otro para quienes sacan un cinco. A mí, como padre y como educador de mis hijos no me parece una medida oportuna", añadió.

En similares términos se expresó Julio Díaz, coordinador del Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública ANPE-Galicia, quien calificó de "innecesaria y contraproducente" el Bachillerato de Excelencia anunciado por Aguirre. "No nos gusta este tipo de diferenciaciones. Apostamos por una unificación educativa nacional, no que cada comunidad haga lo que quiera", aseguró Díaz, para quien este Bachillerato de Excelencia beneficiará a quienes tienen más medios. "Nosotros apostamos por un sistema educativo que cubra las necesidades de todo tipo de alumnado y que tenga éste tenga las mejores condiciones. ¿Quiénes iban a impartir clases a esos alumnos? Los mejores profesores están en los centros públicos gallegos y están encantados de impartir clases en el sistema público de educación", añadió.

Fracaso escolar

El presidente de la junta directiva de los IES gallegos, José Ángel Suárez, asegura que los problemas de la enseñanza no pasan por ahí. "Si en pruebas como PISA –Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes– en la que está incluida en la Comunidad de Madrid, se refleja un 30% de fracaso en la ESO, cuando en Europa el 90% se titula, es evidente que Galicia y España no están a ese nivel". Para el presidente de los directivos de centros públicos, la medida supone "una segregación" que, "en general", no es buena. Por eso, Suárez tilda la medida de "absurdo".

"De la misma manera que no queremos segregar a los de ´abajo´, no podemos separar a los de ´arriba´", explica. Según el director de instituto de Vigo, "está demostrado que estos alumnos, buenos estudiantes con buenos expedientes, están bien atendidos". "Yo he tenido en el centro a premios extraordinarios, de Matemáticas, de Física... y han estado perfectamente", asegura, "esos alumnos siguen sacando excelentes resultados y sus logros son mejorables en los mismos centros, aunque haya que atenderlos de distinta manera, no dan problemas".