El adiós multitudinario al Bacallau de Tui fue un auténtico espectáculo en el que no faltaron las "reinonas" de casi dos metros de alto, ligeras de ropa, con grandes sombreros, zapatos de altos tacones y velos, con los que trataban de moverse al ritmo de la música, un equilibrio difícil para los hombretones que se escondían tras el disfraz.

Un total de 12 comparsas y dos grupos estaban concentrados en el sepelio que salió desde la plaza de San Fernando hasta el Palco da Música del Paseo da Corredoira, donde se procedió a la lectura del testamento. La comitiva derrocho energía en abrazos de consuelo, despedidas compungidas y hasta desmayos simulados, a ratos bajo el paraguas. Por el medio andaba el concejal de Cultura Moisés Rodríguez. Pudieron distinguirse los personajes de "Avatar" por las orejas azules que asomaban. La orquesta de "Cantos somos" marcó el ritmo de todos los asistentes que seguían al Bacallau, portado sobre andas, con plañideras a su alrededor. Predominaron los sombreros y llamaron la atención los disfraces de damas de finales de 1800, elegantemente vestidas de negro, con encajes, bordados, polisón y sombrero.

Coros de voces se pusieron de acuerdo para lamentar tan triste perdida del Entroido que se ha ido, para disgusto de los festivos participantes que supieron sacarle partido hasta el final del final. El Bacallau dejó de existir a la vista de todos, pero ya se planea el del próximo año.