La agricultura ha sufrido con intensidad los vaivenes de la economía mundial en los últimos tres años marcados por la crisis. Sin embargo, el nicho de los productos ecológicos no se ha visto afectado por la especulación financiera y ha seguido aumentando en número de productores, hectáreas de cultivo y facturación. Galicia no ha permanecido ajena al auge comercial de este tipo de productos. Entre 2001 y 2009 la extensión de los cultivos ecológicos en la comunidad se multiplicó por más de un 800%, los productores por un 350% y las industrias transformadoras se cuadruplicaron. En plena crisis, la facturación tampoco se resintió y alcanzó en 2010 los 17 millones de euros, un 8% más que el año anterior.

El objetivo de este sistema es conseguir alimentos de alta calidad respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad del suelo. Para ello los métodos empleados obvian el uso de productos químicos sintéticos y aprovechan al máximo los recursos naturales.

"Galicia reúne buenas características para la producción ecológica", asegura David Corral, administrador de la empresa Mieles Anta. Pero el camino por recorrer en la comunidad es muy largo todavía. Al menos si se compara el estado del sector con el de otras autonomías.

Galicia, con 469 productores ecológicos registrados en 2009, ocupa un lugar muy discreto en la clasificación española, que lideran Andalucía –con casi 8.000–, Castilla-La Mancha –más de 4.500–, Extremadura –alrededor de 3.500–, Murcia –más de 2.000– y Valencia –que supera el millar–. La superficie total inscrita en agricultura ecológica en Galicia (14. 237 hectáreas) supone tan solo el 0,8% de la del conjunto del Estado (1.602.870) mientras que tres autonomías –Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura– acumulan más de tres cuartas partes de todos los terrenos registrados para este tipo de actividad, según los datos del Ministerio de Medio Rural.

Por provincias

También en Galicia existe una importante disparidad entre provincias. Ourense lidera la clasificación con el 48,3% de la superficie dedicada a agricultura ecológica, seguida de Lugo, con el 40,2%, según el Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega), organismo encargado de regular y controlar la producción. A Coruña concentra el 7,8% de las hectáreas, mientras que Pontevedra cierra el ranking con solo el 3,6%. Esta superficie se dedica mayoritariamente a pastos y prados destinados a la alimentación animal, que ocupan el 86% del total. El resto se divide entre los diversos cultivos.

Los responsables del Craega señalan que productos como leche, carne, manzanas, castañas, setas, conservas vegetales y miel han mantenido un crecimiento constante en la última década. A estos hay que añadir nuevas apuestas que se han ido incorporando, como algas, quesos, vinos, aceite y conservas de pescado, que cuentan ya en estos momentos con una notable presencia en el mercado. La parte negativa hay que buscarla en la falta de pujanza de los productos hortícolas, que pese a "alcanzar una alta calidad", no logran un volumen de negocio importante", según Craega.