La imagen de un mar de peces muertos en el puerto norteamericano de Redondo Beach (Los Ángeles), dio la vuelta al mundo ayer. El extraño suceso en la costa oeste de Estados Unido puso en alerta a las autoridades, que aún tratan de explicar qué pudo ocurrir para que millones de sardinas aparecieran flotando en la superficie de las aguas. Su densidad era tal que imposibilitó arrancar los motores a las embarcaciones de recreo, constataron periódicos locales. Al cierre de esta edición, la principal teoría oficial apuntaba a la falta de oxígeno como causa. Ya se había descartado la presencia de una toxina, algas o contaminación en las aguas.

Los Angeles Times cifraba en 50 las toneladas de pez registradas, de las que se habían extraído unas 30. Un total de 200 voluntarios y 80 funcionarios trabajan para retirar el pescado ya putrefacto de las aguas y evitar una mayor contaminación del resto de la fauna marítima. Otros periódicos (O Público) cifran el coste de la limpieza en 72.000 euros y vaticinan que durará varios días. El pescado será tratado orgánicamente en una fábrica.

"Preparados para el ´afisholypse?´", se pregunta el diario Washington Post, mezclando los términos apocalipsis y pescado, y tras reparar en que los peces muertos en los Ángeles se suman a las ballenas enfermas en New Jersey y delfines aparecidos muertos en el Golfo (lo mismo ocurría recientemente en las ría de Vigo). En otros blogs, los norteamericanos avanzan la posibilidad de que las líneas magnéticas de la Tierra estén cambiando. Esto acarrearía que la fauna marina se desoriente y llegue a lugares insólitos, como la tortuga laúd que arribó en las Rías Baixas aunque su hábitat sean aguas caribeñas.

¿Qué dicen los científicos y expertos gallegos? Cautos ante la falta de datos sobre las autopsias del pescado –aún no se había descartado la contaminación, por la diferencia horaria–, fueron pocos los que se aventuraron ayer a valorarlo.

Uno de los biólogos e investigador especializado en sardinas –actual director del Museo del Mar– Pablo Carrera, compartió sus impresiones. "Es misterioso; solo recuerdo en bibliografía científica un caso registrado en Australia y se debió a una infección vírica, pero lo determinaron por descarte", aseguró el experto. "A veces no existe una evidencia... ". Carrera añade que las sardinas tratan de evitar las purgas de mar, es decir, las mareas rojas, lo que suprimiría una de las hipótesis. El experto vigués, estudioso de las sardinas, avanza tres causas posibles: "No se me ocurren más razones que males colectivos: hipoxia [falta de oxígeno], toxina provocada por ejemplo por una alga, o una enfermedad por un virus". Si fuese "algún agente químico de tierra", debería dejar un trazo en el mar, indica. Aún así, insiste en la dificultad de aventurar una explicación "desde aquí, sin conocer la autopsia de los animales y sin saber cómo son las corrientes marinas". "Los bancos de sardinas allí son inmensos. Tuvieron un problema de derrumbe de la pesquería muy importante a finales de los años 60 y se hizo famosa la sardina de California, pero se recuperó. Siempre lo tomamos como ejemplo para saber que en caso de sobre explotación, tardarían 25 años en recuperarse". Según el experto el caso de Los Ángeles es más parecido al banco canario que a las rías gallegas. "En el Sáhara se pesca cerca, entorno a un millón de toneladas", asegura.

Una de las mayores expertas a nivel mundial en sardinas, del Instituto Español de Oceanografía en Vigo, la investigadora Carmela Porteiro, aseguró a este periódico que no podía "aclarar nada" ante la ausencia de datos. En la misma línea, el jefe del Grupo de Ecología Pesquera del IEO, Fran Saborido, añadía: "Cada especie posee características biológicas y comportamentales diferentes, que incluso pueden diferir entre poblaciones de la misma especie".