José Campos fue campeón de salto de longitud, aunque se le conoce por su boda con la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiú, con quien ha protagonizado numerosas páginas de las revistas rosa y minutos de la televisión del corazón. Amado por algunos, odiado por otros, lo cierto es que Campos parece vivir con naturalidad y simpatía su vida entre el deporte y el famoseo. Estos días recorre los centros de la firma Natur House de toda España para explicar cómo adelgazó cerca de 17 kilos en seis meses.

–Cuando era atleta dicen que era usted un figurín.

–Tenía 25 años menos. Aquí en Valencia quedé tercero. Mi ídolo era Rafa Blanquer, el primer español que sacó los ocho metros.

–¿Cuál fue su marca?

–7,83. Me quedé ahí a las puertas.

–¿Y eso sin autotransfusión ni nada de nada?

–No, no, con cocidos montañeses y paellas. Eso no entraba en mi filosofía y había más que ahora. Lo que pasa es que se hablaba menos y se tapaba bastante más.

–¿Cree usted que ser el marido de Carmen Martínez-Bordiu marca irreversiblemente?

–Cuando fui campeón de España no me hice una foto ni firmé un autógrafo. Tengo asumido que si estoy aquí es por estar casado con quien estoy casado.

–Después de varios platós de televisión y varias portadas de revistas me imagino que José Campos ya tendrá un doctorado en famoseo.

–En las revistas siempre he acompañado a mi mujer. Los platós que he hecho... tengo que decir que estoy arrepentido de haberlos hecho. Los programas del corazón me han decepcionado.

–No me diga que no sabía dónde se metía usted.

–Pues no lo sabía. Les interesaba solo la audiencia. Han intentado hacerme daño, romper mi imagen y mi matrimonio y ahora la justicia dirá si eso se puede hacer o no.

–¿Presentó demanda?

–Tengo ganas de que haya un juicio y se vean los treinta y seis vídeos que hemos aportado. Yo en cinco años he atendido a todos y me lo pagan de esta forma. Ser una persona pública no da derecho a que digan de ti barbaridades, a mi me han separado y han salido unas señoritas hablando, intentando hacer daño a mi mujer, a mi familia.

–Entonces, ¿estar casado con Carmen Martínez Bordiú también marca políticamente?

–He intentado hablar de ello lo menos posible. Yo antes vivía mejor que ahora, en cuanto a tranquilidad. Estar casado con Carmen me ha beneficiado para unas cosas pero para otras me ha perjudicado. No buscaba la fama. La conocí de casualidad.

–¿Cómo la conoció?

–En casa del Doctor Del Corral, el médico del Real Madrid. Insistió en que fuese a una cena, un concierto con Los Del Río. Yo ni sabía ni quién era ella, tengo que admitirlo.

–Hombre, no me diga eso...

–Yo nunca había leído el ¡Hola!, yo leía el Marca y el As. Carmen llevaba 20 años en París. Mis hermanas insistieron: ´Vete y nos dices cómo es´. Hace seis años de eso. Los que hablaban de nuestra relación daban meses por nosotros. Pero yo soy de los que se casan una vez.

–¿De qué más vive usted?

–Tengo mis negocios de hostelería, ahora complicados con el tabaco, las alcoholemias... Y un club de pádel. Pero la verdad es que no he tenido nunca afán de dinero.

–Pues para seguir el ritmo de Carmen Martínez Bordiú...

–Ahora trabajo más que antes, porque antes iba a Laredo a tomar algo y ahora, a París.