Acaba de ser oscarizado como Mejor Actor Protagonista, pero Colin Firth no se toma demasiado en serio a sí mismo. Ha reconocido que si siempre hiciera papeles serios se volvería "loco" y considera básico mostrarse amable con los fans.

Si el año pasado muchos esperaban que se le concediera la estatuilla dorada por Un hombre soltero, a Firth le ha tocado esperar para ser galardonado por su impecable papel en El discurso del Rey.

Pero ser la estrella del momento no es algo que importe demasiado al actor. Firth ha reconocido en una entrevista con GQ Style que intenta tomarse las cosas con calma en todo lo referente al terreno profesional.

"Si en todas las películas tuviese que estar con cara de estirado me volvería loco", ha confesado Firth, que por ello necesita que haya "variedad en el menú".

Al explicar cómo elige sus papeles, reconoce que no sigue un patrón fijo. A veces, se trata simplemente de que necesita "menear un poco las cosas" para no tomarse a sí mismo "tan en serio".

Y esa naturalidad se deja ver hasta en su relación con el público, que intenta que sea cercana y sin necesidad de poner mala cara ante las demandas de los fans.

"No veo ninguna razón para ser un capullo. Existe una relación con el público y eso les da derecho a obtener algo de ti a cambio", sentencia Firth, alejándose del aura de estrella que muchas veces nos muestran otros presentes en la cumbre de Hollywood.