Toda una generación ha crecido con la melodía de “Quen puidera namorala” silbando en el oído como una canción de cuna. El músico responsable, Luis Emilio Batallán, ha publicado cuatro discos en cuatro décadas pero, sin duda, fue ese primer elepé “Aí ven o maio”-editado en 1975- el que marcó diferencia. Rompió la regla, hace más de tres décadas. Y ahora, treinta años después de la muerte de Álvaro Cunqueiro, autor de los versos de esa canción, Batallán trae del recuerdo al escritor mindoniense. También lo hará con música en un acto hoy en Vigo en homenaje a Cunqueiro. Por vocación, Luis Emilio Batallán vistió bata blanca. Con la misma convicción que hizo letras propias y puso música a letras de escritores como Uxío Novoneyra, Neira Vilas, Rosalía de Castro, Celso Emilio Ferreiro y Manoel Antonio.

-¿Ha musicado algún nuevo poema para hoy?

-Es una sorpresa, pero sí musiqué un poema con motivo del acto de hoy, precisamente.

-¿No nos puede adelantar nada de esas músicas inéditas?

-Básicamente, hay una letra que empieza así: “Hai unha india louvada/ alá no fondal do mar/ ten bois de color do tempo/ e pastoras de cristal”.

-¿Tocará “Quen puidera namorala”?

-Sí. El otro es ese poema que musiqué hace tantos años en “Aí vén o maio”. También hablaré de la importancia que tiene Cunqueiro para las letras gallegas...

-Habrá momentos emotivos.

-Lo más importante creo que es hablar y recordar anécdotas con personas que lo conocieron en vida. Yo también tengo alguna, pero prefiero dejarla para comentar mañana.

-¿Cómo comenzó su relación con Cunqueiro?

-Pues, realmente, no comenzó bien. Yo musiqué sus versos “No niño novo do vento/ hai unha pomba dourada” [la letra de “Quen puidera namorala”] sin autorización de Cunqueiro. Él le dijo a amigos míos comunes, en el 1978 que estaba muy cabreado conmigo. Se enfadó mucho. Y yo tenía problemas para cobrar los derechos de autor musical, si no me autorizaba él. Y a la inversa, tampoco. Así que tuve que pedir una conversación con él y fue muy graciosa.

-¿Graciosa?

-Sí lo fue, porque comenzamos hablando de esa letra, “No niño novo do vento...” y acabamos hablando de mi apellido. Él sostenía que es de origen armenio Batallán y yo sostenía que no...

-¿Cómo quedó esa negociación, finalmente, lo autorizó?

-Finalmente lo autorizó sin poblema, llegamos pronto a un acuerdo. La canción tuvo tanto éxito que había bastante dinero asociado. Pero estuvo una época cabreado. Yo, realmente, grabé el poema y lo metí en el disco sin su permiso, la culpa fue mía. Pensé que era una cosa discográfica, en aquel momento era un novato en esto de la música... Y el disco salió con la letra de Álvaro Cunqueiro, sin autorización.

- Y él, ¿solo se cabreó?

-Sí. Podía haber tomado medidas más drásticas. No pasamos mucho tiempo debatiendo.

- ¿Qué faceta de ese personaje destacaría más?

-Era una persona con un talendo fuera de serie. Y con una fantasía e imaginación portentosa. A mí, todas. Tanto en gallego como en castellano, la poesía y las cantigas de las que saqué los poemas más musicables, la poesía de vanguardia o “As crónicas de Sochantre”. Era un portento como escritor. Y creo que es uno de los escritores gallegos que tiene intelecto y poso suficiente para llegar a Nobel. Tiene esa chispa y ese carácter especial, propio del realismo mágico. Yo lo definiría como un escritor muy gallego, pero muy universal. Lo comparo con Rosalía y Curros.