Mientras su ayudante cataloga el archivo de Manuel Chamoso Lamas libro tras libro y revista tras revista, ya están inventariadas las cajas que dan fe de que a su colección de la editorial Ruedo Ibérico, que irá a parar al Gaiás, solo le falta un libro que ha desparecido, "España hoy" –"el más importante", según Díaz Pardo–.

En medio de un aparente caos de papeles, el galleguista demuestra que la memoria no es uno de sus "fracasos" y localiza las joyas que guarda con más cariño, como la bandera de Galicia con la que combatió el Batallón Gallego, cartas de históricos galleguistas a su padre, los dibujos que este realizó en la cárcel antes de ser asesinado o la documentación del Consello de Galicia.

Aunque Isaac tiene que decidir todavía qué papeles prestará, la documentación relacionada con la constitución y la vida del Consello de Galicia –que Castelao, con la asesoría de Lois Tobío, aspiraba a convertir en el gobierno gallego en el exilio– es uno de los lotes que, en principio, se destinarán al Gaiás para que los investigadores puedan proceder a su estudio. "Porque la memoria es todo", dice Isaac, pero no cumple la función que él persigue si nadie puede aprender de ella.

Un reciclado cartón, cuya modestia es solo comparable a la de su propietario, protege las palabras que un día dirigieron a su progenitor Vicente Risco, los hermanos Villar Ponte, Maside, Eduardo Pondal, Aquilino Iglesia Alvariño, Leandro Carré, Fermín Bouza Brey o Filgueira Valverde, entre otros.

Entre las misivas que las fundas plastificadas intentan salvaguardar de los efectos del paso del tiempo y de la humedad gallega, Isaac muestra una postal de la actriz María Casares de la que él mismo es destinatario, una carta en la que Castelao le dibuja a su padre "un símbolo que sale en procesión por la ciudad de Pontevedra" y una postal que para Díaz Pardo "es importantísima" porque en ella Castelao "se cachondea de la Estatua de la Libertad".

El destino que correrá toda esa documentación lo desconoce hasta el propio Isaac, que no obstante dice ser consciente de que las crisis no son buenos tiempos para las fundaciones. De momento, lo único seguro es que en el convenio que firmó con la Xunta, se incluyen los 16.000 volúmenes de varias bibliotecas (IGI, Seminario de Estudios Galegos, Sargadelos, Manuel Díaz Rozas, Camilo Díaz Baliño, Lorenzo Varela y la suya), las colecciones completas de Edicións do Castro, Ruedo ibérico y las revistas "Ibérica", "Verba" y "Grial"; y documentación vinculada a él mismo, a su padre, al IGI, a Luis Seoane, al Consello de Galicia, a Lorenzo Varela, a Eugenio Granell, a Tomás Barros, a Arturo Cuadrado y a Valentín Paz Andrade.

Es curioso que mientras Isaac se esfuerza por hacer que Galicia recuerde, su nombre va cayendo en el olvido en la página web de Sargadelos, donde solo es posible encontrarlo citado, al lado del de Seoane, en el apartado de diseño, pero nunca en el de la historia de la empresa que contribuyó a fundar.