Los casos de legionelosis -neumonía causada por la bacteria legionella pneumophilla- se multiplicaron por siete en Galicia durante la última década al pasar de sólo ocho pacientes con esta patología registrados en 1999 a los 67 del pasado año, según los datos de la Dirección Xeral de Saúde Pública, dependiente de la Consellería de Sanidade. El mayor repunte se produjo de 2002 a 2006 cuando la incidencia nunca bajó de los 60 casos anuales, para descender al medio centenar en los dos años siguientes y volver a aumentar en 2009, cuando hubo un 20% más que en 2008.

A Coruña, con 35 pacientes diagnosticados el pasado año, concentra más de la mitad de los casos gallegos, seguida de Pontevedra (22), Lugo (ocho) y Ourense (dos). Además es la provincia que experimentó un mayor aumento de esta patología en la última década mientras que Ourense la que menos.

La legionela es una neumonía, causada por la bacteria de su mismo nombre, que provoca una infección en los pulmones. “Hay dos tipos de neumonía: la más habitual, causada por el neumococo y las que antes se llamaban atípicas, dónde se incluye la legionelosis”, señala el jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de A Coruña, Héctor Verea, quien añade: “Se caracteriza porque, al contrario que la neumonía típica, los síntomas de la legionela -fiebre, cansancio, falta de aire...- se manifiestan de forma muy lenta”.

Contagio

La bacteria legionella pneumophilla -que se contagia a través del aire, pero no se transmite de un paciente a otro- tiene en las aguas estancadas y templadas su principal hábitat para desarrollarse. “Normalmente crece en aguas acantonadas que estén entre 20 y 30 grados. Por eso es frecuente que el foco del contagio sea un sistema de riego o sistemas que regulan el agua sanitaria (fría y caliente)”, sostiene Verea, quien asegura que una de las zonas de mayor riesgo son “las instalaciones hoteleras”. El contagio surge cuando una persona inhala el aire contaminado procedente de la red de distribución del agua o las torres de refrigeración, entre otros.

Los médicos aseguran que los pacientes con legionela suelen tener una evolución favorable. “Hoy en día hay sistemas muy sencillos -a través de un simple análisis de orina- para casi obtener el diagnóstico en el mismo día”, señala Verea, quien sostiene: “El problema está en que al ser una enfermedad silente, muchos pacientes llegan tarde al hospital”. De todas formas, este neumólogo insta a la gente a no tener miedo cuando surgen estos brotes -el último registrado en la comunidad de Madrid se saldó con cinco muertos y 47 afectados- ya que “la enfermedad suele resolverse bien, el diagnóstico es sencillo y hay tratamientos muy eficaces”.

Prueba de ello es que el mercado farmacéutico actual ofrece dos tipos de medicamentos contra la neumonía y uno de ellos elimina la patología “sea cual sea su origen”, sostiene el médico coruñés Hector Verea.

Los datos de la Dirección Xeral de Saúde revelan además que la legionela es junto a la hepatitis A (hubo 59 casos en 1999 por los 75 de 2009) la única enfermedad de declaración obligatoria en Galicia cuya incidencia aumentó en la última década.

En el resto de casos -desde el tifus, la gonorrea, el paludismo o la meningitis- se registran ahora menos casos que hace una década.