Siniestro Total regresó al Teatro Salesianos para presentar al público vigués su último disco, "Country & Western". Sobre el escenario que fue testigo de su primer concierto, su "primer crimen" allá por 1981, Siniestro Total "resolvió la dicotomía entre cristianismo y paganismo" que supone su idilio con el teatro de los hermanos salesianos, hecho con el que bromeó Julián Hernández durante la presentación del tema "Como el aceite y el yang" ya bien avanzado el concierto.

El grupo salió puntualmente sobre las tablas entre el baile de focos y la "balada del látigo" que sonaba de fondo mientras el público acababa de acomodarse en el recinto. El gentío, que dudaba entre sentarse en las butacas o quedarse de pie para recibir a los Siniestro, se aclaró con los primeros acordes de The very first one of the drinking line. El ritmo de la canción, el subtexto etílico, la saturación de la guitarra y el nivel de amplificación indicaban que lo improcedente era quedarse con el culo pegado a la silla.

Bajo las inquietantes miradas de Bud Spencer y Terence Hill que presidían el cotarro desde un cartel de "Le llamaban Trinidad", rescatado por Julián Hernández entre los trastos del cine y situado sobre el escenario, el cantante aprovechó su primera intervención caricaturizando y explorando lo absurdo de las armonías y proporciones trilingües. Dio su monólogo en gallego, castellano e inglés, dando las boas noites al teatro salesianos y deseando un buen vuelo al público, comenzando con The very first y Country & western. Tras ello, vendría "Asco", tema en el que aprovecharon para lucirse Ángel González en la batería y Javier Soto en su diálogo con Jorge Beltrán. El público no se animó con los coros hasta "La paz mundial", participación tímida del venerable donde se vio que gran parte de los asistentes habían hecho los deberes y escuchado el nuevo disco en casa (bendito Spotify!). Óscar Avendaño daría la entrada de "Mi amigo", tema junto al zeta-zeta-topero "Los putos amos" con los que el concierto acabaría de despegar. Tras prometer una cerveza a quien adivinase el título de la canción, Hernández se colgó la mandolina para rasgar los primeros compases de "Facundo busca líos" y enseñando algunos de los momentos más convincentes de su nuevo disco.

Tras una primera parte dedicada exclusivamente a su nuevo disco y un prometido descanso para buscar refugio en la barra del Salesianos, Siniestro Total volvió con las "old machine-gun bullets", vieja tralla con la que empezó la sesión de karaoke, más marcha, animando al público con temas como "Diga que le debo", "Vamos muy bien" o "Cuanta puta y yo que viejo" y demostrando como parte de su viejo material sigue más fresco que algunas de sus novedadades.