El coruñés Luis Díaz (1978) recorría hace dos años conciertos en busca de retratos que inmortalizar. A la procura, le ha puesto título: "Backstage portraits" (Retratos detrás del escenario). El nombre le ha traído suerte al igual que su empecinado trabajo con la cámara fotográfica. En la próxima edición de ARCO, en Madrid, la feria de arte contemporánea más importante de España y una de las más destacadas de Europa, será uno de los cuatro fotógrafos oficiales. Un total de 1.600 personas ansiaron el puesto.

Que le hayan elegido supone para él "todo un reconocimiento a mi trabajo; me da ánimos para seguir desarrollando mis ideas y confiar en ellas. Las consecuencias que pueda tener sobre mi carrera no me las planteo. Si algo me gustaría es que me ayudase a poder seguir desarrollando mi trabajo como fotógrafo, pero creo que no hay otra fórmula que trabajar cada día sin dormirse en los laureles".

Su selección se llevó a cabo dentro de la iniciativa "Fotoactitud" en la que también fueron elegidos Héctor Mediavilla, César Merino y Salvador López Santolaya. El próximo mes de febrero, estos tres catalanes junto al gallego Díaz retratarán día a día la feria de arte. Los cuatro también podrán mostrar parte de su obra en el ARCO de 2012.

Ellos fueron finalistas de un concurso que –este año– logró la mayor participación de la historia, con 1.600 fotógrafos participantes y cerca de 18.000 imágenes. Los proyectos debían contar una historia demostrando la creatividad a través de la imagen en una serie.

En el caso de Díaz, explica, "empecé con ´Backstage portraits´ hace dos años. En aquella época colaboraba en Arto!, una revista musical madrileña que ya ha desaparecido. Tenía acceso a muchos conciertos. Desde mis inicios como fotógrafo siempre había hecho este tipo de fotografía, de músicos en directo".

No obstante, a diferencia de otros muchos fotógrafos de directos, Luis Díaz decidió darle "un toque personal" al trabajo. "Primero, se me ocurrió hacerles fotos en ese preciso momento en el que bajan del escenario y la magia, si se le puede llamar así, se va desvaneciendo poco a poco".

El proyecto se completaría tras recibir una clase del fotógrafo Jim Goldberg. "Ahí fue cuando se me ocurrió añadirles texto. Mi intención era mostrar algo a lo que la gente no tiene acceso normalmente. Quería enseñar esa parte oculta del artista, más humana, menos mitificante y glamurosa", recuerda.

Fue entonces cuando comenzó a colarse en los camerinos cada vez que podía, haciéndoles un par de fotos y preguntándoles a los artistas cómo se encontraban en ese instante.

Este fotógrafo, ingeniero de Caminos de A Coruña, no descarta continuar con este proyecto en el futuro. En el tríptico elegido por el jurado, bajo la foto de Yago del grupo Mujeres, escribió cómo se sentía al músico tras el directo: "Me siento desfogado, como después de un orgasmo", dijo.