Xabier Rodríguez, conocido como Ollomol en el mundo del póquer, juega entre dos y tres horas diarias al Texas Holdem por Internet, pero también ha participado en varios torneos. Además, ha estado en Las Vegas, la ciudad de los casinos por excelencia, aunque reconoce que en España, "desde hace seis años se ha popularizado mucho".

–¿Qué elementos debe incluir un maletín de póquer?

–Lo fundamental es la baraja y las fichas. En este caso trae dos tacos de cincuenta y dos cartas cada una y 300 piezas, que serían suficientes para una partida entre ocho o diez jugadores. También se incluye una ficha leader para señalar a quien le toca en cada momento y dos fichas ciegas, una grande y otra pequeña, que obligan a los dos primeros jugadores a apostar para iniciar cada ronda.

–¿Qué elementos añadidos oferta el maletín de FARO?

–La principal novedad es el barajador automático, muy útil porque es difícil barajar bien las cartas sino se es un crupier profesional. Otra de las ventajas es que mientras se juega con un taco de cartas se puede poner a barajar el otro para la siguiente partida, y así se agiliza el juego. El manual de instrucciones tampoco viene en todos los maletines y sirve de apoyo para los que desconozcan las normas. En menos de quince minutos, cualquiera puede aprender las reglas básicas.

–¿Cómo empezó a popularizarse este juego?

–En España, hasta hace seis años no se conocía el Texas Holdem, pero gracias al fenómeno de Internet y a la televisión, este juego comenzó a tener seguimiento. En el primer año intentamos hacer una quedada a través de varios foros y sólo reunimos a diez personas, mientras que ahora son habituales las reuniones de amigos que se juntan en las cafeterías para jugar al póquer.

–¿Qué ha ocurrido para que se haya producido este cambio?

–La idea que se tenía de este juego ha evolucionado. Quizás por las películas, existía una especie de leyenda negra que vinculaba el póquer al dinero y al peligro. Hoy en día, el 99% de los que juegan lo hacen por diversión, sin ningún tipo de riesgo y sin que les afecte a la economía.

–¿Ha cambiado la forma de jugar al póquer en estos años?

–La modalidad que triunfa en lugar de la clásica, en la que se apuesta dinero contra dinero, se basa en que todos participan con la misma cantidad y parten con el mismo número de fichas y a medida que las pierden quedan eliminados. Con este método se limita la pérdida económica y además como hay una clasificación aumenta la competitividad. El póquer se parece hoy más a un deporte que a una forma de ganar dinero.

–¿Qué cualidades distinguen a un buen jugador?

–En el perfeccionamiento de la técnica, intervienen la estadística, la psicología para entender los movimientos del contrario y la disciplina para ser capaz de manterner la concentración durante toda la partida y apostar con acierto. Lo más bonito del póquer es la importancia que tiene el azar, de tal forma que un aficionado puede ganar al mejor del mundo en un 20% de los casos. En un campeonato del mundo al que suelen presentarse 8.000 candidatos, el favorito tiene una sola oportunidad entre 5.000 de alzarse con la victoria. El póquer es sencillo, entretenido y engancha.