Casi la mitad de los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años, el 46,3 por ciento, ve su futuro con pesimismo, al margen de que se supere o no la crisis económica, mayoritariamente pasan de la política y en el 71,4 por ciento de los casos tienen una imagen deplorable de los políticos.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio sociológico sobre la juventud española realizado por encargo de la Fundación SM y presentado hoy en Madrid, del que se desprende, según sus autores, que estamos ante una generación, quizá la primera, que piensa que va a vivir peor que sus padres.

Tecnológicos, menos preocupados por el medio ambiente que sus progenitores, políticamente situados sobre todo en el centro izquierda, los jóvenes españoles de esas edades son bastante escépticos con respecto a la integración social, apenas confían en las instituciones -las ONG son las más valoradas- y más de la mitad confiesa que lo de ayudar en casa no va con ellos.

El matrimonio, civil o religioso, forma parte del proyecto vital del 55,4 por ciento de ellos, el 53,5 por ciento se define como católico, aunque luego practiquen más bien poco, y el 64 por ciento opina que la Iglesia católica se mete demasiado en política.

En cuanto a la postura de la jerarquía eclesiástica en lo que respecta a la vida sexual de las personas, el 75 por ciento asegura que es anticuada.